Actualizado el
Viajar en avión implica seguir estrictas normas de seguridad, y entre ellas destacan las relacionadas con el transporte de líquidos. La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) tiene regulaciones claras sobre el tipo de bebidas alcohólicas que los pasajeros pueden llevar. Entre las más estrictas se encuentra la prohibición de aquellas que contienen más del 70 % de alcohol, también conocidas como 140 proof.
La lista oficial de la TSA incluye 494 artículos prohibidos, y entre ellos figuran bebidas como el alcohol de grano, el ron de 151 proof y algunas absentas con concentraciones de hasta 89 %. Estas bebidas están completamente vetadas, tanto en el equipaje de mano como en el facturado, sin excepciones.
Aunque muchas bebidas alcohólicas sí están permitidas, deben cumplir con ciertas condiciones. Licores como el whisky, vodka o tequila, con graduaciones entre 40 % y 50 %, pueden transportarse siempre que no superen los cinco litros por pasajero y estén en envases sellados. Sin embargo, cualquier bebida que exceda el 70 % de alcohol queda automáticamente fuera.
Te recomendamos
¿Qué bebidas alcohólicas están prohibidas en vuelos desde Estados Unidos?
En la práctica, esta política se traduce en la exclusión de productos como el alcohol etílico puro, el ron de alta graduación y absentas fuertes. La estrategia detrás de esta normativa se centra en mitigar riesgos relacionados con materiales inflamables, ya que este tipo de bebidas puede representar un peligro en caso de filtración o daño en el envase.
La TSA considera estas bebidas como sustancias peligrosas debido a su alto grado de inflamabilidad. De hecho, forman parte de un grupo de elementos que podrían desencadenar incendios o explosiones en pleno vuelo, una preocupación constante en materia de seguridad aérea.
La medida se implementó tras incidentes como el intento de atentado de 2006 con explosivos líquidos, lo que llevó a reforzar todas las normativas relacionadas con líquidos a bordo. Desde entonces, las restricciones han sido más severas y se han extendido a cualquier sustancia que represente un riesgo para la seguridad del avión o sus ocupantes.