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Florida se enfrenta a una amenaza ambiental creciente con la llegada masiva de algas tóxicas a sus costas. Se trata de una floración de sargazo que ha batido récords históricos en 2024, superando los 31 millones de toneladas según la Universidad del Sur de Florida. Esta acumulación sin precedentes ya está afectando áreas como Miami, donde los montículos de algas invaden playas y puertos deportivos, generando mal olor, riesgos sanitarios y un golpe directo al turismo.
“El sargazo pasa de ser un recurso del océano a convertirse en una floración dañina cuando llega en exceso a la costa”, explicó Brian LaPointe, investigador del Instituto Oceanográfico Harbor Branch. Los expertos advierten que esta proliferación está relacionada con el cambio climático y con la escorrentía de fertilizantes ricos en nitrógeno que llegan al mar desde grandes cuencas hidrográficas como el Amazonas y el Misisipi.
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Contaminación, malos olores y pérdidas turísticas
Además de la alteración del paisaje costero, el sargazo en descomposición libera gases como sulfuro de hidrógeno y amoníaco, perjudicando la salud humana y reduciendo el oxígeno en aguas cercanas. “No es bueno para el medio ambiente ni para los humanos”, agregó LaPointe. La presencia de estas algas ahuyenta a turistas, lo que impacta directamente en economías locales que dependen de la temporada alta.
Desde los Cayos hasta San Agustín, las playas del sureste de Florida ya están siendo afectadas. En otros destinos turísticos como Quintana Roo, México, se han instalado barreras marinas para frenar el avance de las algas, aunque la magnitud del fenómeno sigue creciendo. La lucha contra esta marea marrón apenas comienza.