El destino de Rebeca González, una trabajadora latina de Walmart en el condado de Los Ángeles, dio un giro inesperado gracias a un golpe de suerte. Lo que comenzó como un día ordinario, cubriendo un turno en su día libre, terminó con un boleto de lotería que le otorgó U$D 1 millón.
Rebeca había planeado pasar el Día del Trabajo con su familia en una barbacoa, pero una llamada de última hora la llevó a trabajar tres horas en su tienda. "Quería quedarme en casa, pero acepté ir. No imaginaba lo que sucedería después", comentó. Durante su turno, decidió comprar un boleto de la Lotería de California al terminar su jornada, un hábito que heredó de su padre.
El boleto, un Scratchers Single Double Triple de U$D 10, casi quedó olvidado en su bolsillo cuando regresaba a su auto. Sin embargo, al rasparlo, la emoción fue indescriptible: había ganado el premio mayor de U$D 1 millón. "No lo podía creer. Sentí que estaba soñando", relató emocionada.
Rebeca, quien trabaja y estudia para convertirse en radióloga en Mt. San Antonio College, compartió que la ganancia llegó en un momento crucial. Con este dinero, ha comenzado a saldar deudas, planea comprar una casa de cinco habitaciones para su familia y renunció a su trabajo para enfocarse completamente en sus estudios. "Este premio significa estabilidad para mi familia, algo que nunca tuve mientras crecía", señaló entre lágrimas.
La Lotería de California confirmó la autenticidad del premio y difundió imágenes de Rebeca celebrando frente a la máquina expendedora, agradeciendo al cielo por la inesperada bendición. Walmart, por su parte, también recibirá un bono de U$D 5 000 por vender el boleto ganador.
"Es una lección sobre cómo las circunstancias inesperadas pueden transformar vidas. Estoy agradecida y emocionada por este nuevo capítulo", concluyó Rebeca. Sin duda, su historia inspira a muchas familias trabajadoras en Estados Unidos que persiguen el sueño de un futuro mejor.