Isobella Jade, una mujer que creció en Nueva York pero que se mudó a Texas cuando inició una familia, compartió su experiencia en ambas ciudades, así como no dudó en expresar sus preferencias por una de ellas sobre la otra.
La mujer, que se mudó a Texas al poco tiempo de haber contraído matrimonio, ha pasado más de una década viviendo en el Estado de la Estrella Solitaria, pero aún señala que no se ha llegado a adaptar del todo y que añora las posibilidades que le brindaba el vivir en La Gran Manzana.
Aunque pensó que su mudanza sería solo temporal, Texas se convirtió en su nuevo lugar de residencia y, pese a que pensó volver a Nueva York luego de haberse divorciado, considera que ya no es una alternativa viable en este momento de su vida. Estas son las principales diferencias que ella rescata entre Nueva York y Texas.
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Nueva York vs Texas: cercanía y metrópoli vs distancia y suburbios
Una de las características que Isobella resalta de Nueva York es la cercanía que le proporcionaba hacia todo lugar, ya fueran estos recreativos, académicos o laborales. Por la propia composición de la ciudad, vivir en la Gran Manzana le posibilitaba movilizarse en transporte público y en corto tiempo hacia cualquier destino, además de que no le generaba la necesidad de manejar un vehículo propio.
En Texas, por el contrario, los vecindarios se encuentran muy alejados entre sí, y el desplazamiento que ella y sus hijos deben hacer para trasladarse a cada lugar en que llevan a cabo sus tareas cotidianas implica gran gasto en tiempo y energía. Dado que la estructura de la ciudad prioriza al automóvil, casi todos sus viajes diarios los debe hacer manejando, además de que debe transitar por vías muy congestionadas y gastar cantidades importantes en gasolina y mantenimiento del vehículo. En general, Isobella considera que su vida en Nueva York era mucho más práctica, sencilla y con mayores oportunidades a la vista.
Regresar a Nueva York ya no es viable
Pese a los deseos de Isobella de regresar a su ciudad natal, esto no es posible por varias razones. Para empezar, sus hijos han crecido en Texas y han vivido los primeros años de su vida ahí, por lo que han generado vínculos en el lugar. Desplazarse implicaría afectar sus vidas. Por otro lado, y no menos importante, una mudanza afectaría su acuerdo de custodia.
Dado que volver a Nueva York no es posible, Isobella dice haber empezado a valorar la posibilidad de que sus hijos puedan disfrutar de la naturaleza en Texas, lo cual en Nueva York no es muy posible. Pese a que sigue prefiriendo su estado natal, ha empezado a rescatar los aspectos positivos de su actual hogar.