Si buscas un próximo destino para visitar y no te pierdes ninguna película animada de Disney, este lugar es perfecto para una escapada de Estados Unidos, lejos del bullicio de la ciudad y cerca del gran paisaje natural y riqueza cultural que Colombia ofrece. Salento, escondido entre las montañas del Valle de Cocora, es un rincón pintoresco que no solo es un tesoro nacional por su arquitectura tradicional y su vibrante cultura, sino que también ha servido de inspiración para la película Encanto de Disney, ganadora del Óscar a Mejor Película de Animación.
Este pequeño pueblo, conocido por sus coloridas casas de bahareque y su atmósfera acogedora, es un reflejo perfecto de la calidez y el encanto de la cultura colombiana. Las calles de Salento están adornadas con fachadas coloridas, ventanas enmarcadas en madera y puertas trabajadas de manera artesanal. La Calle Real, una vía peatonal de unos 500 metros, es uno de los paseos más encantadores, repleto de restaurantes, galerías, tiendas de artesanías y cafés que invitan a los visitantes a sumergirse en la esencia de la vida local.
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Con sus icónicas palmas de cera del Quindío, es un lugar que parece sacado de un sueño. Este majestuoso valle, rodeado de montañas verdes y envuelto en niebla, es el hogar de las palmas más altas del mundo, que pueden alcanzar hasta 60 metros de altura. No es de extrañar que Byron Howard y Jared Bush, los directores de Encanto, quedaran fascinados por este lugar cuando lo visitaron en 2018 y decidieran que aquí debía estar la casa de la familia Madrigal.
En el Valle de Cocora, los visitantes pueden disfrutar de senderismo, cabalgatas y trekking a través de senderos que serpentean entre bosques de niebla, ríos y praderas. Los taxis Willys Jeep vintage, que parten desde Salento, ofrecen un viaje lleno de encanto y aventura hacia este espectacular destino natural.
Un tributo a la diversidad de Colombia
La película Encanto es una celebración de la diversidad cultural, ecológica y geográfica de Colombia. Los detalles vibrantes y casi alucinógenos que llenan la cinta son un fiel reflejo de la riqueza de la tierra que la inspiró. Desde las buganvillas que se derraman sobre las coloridas mansiones coloniales, hasta los tucanes que surcan el cielo sobre las palmas de cera, Encanto captura la esencia de un país lleno de vida y color.
Barichara, otro pueblo que sirvió de inspiración para la película, es una ciudad montañosa del siglo XVIII que parece congelada en el tiempo, con sus calles empedradas y casas de adobe encaladas. Este lugar, al igual que Salento, es un testimonio del encanto perdurable de los pequeños pueblos colombianos.
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