Alfredo Quiñones Hinojosa es un mexicano que creció en un hogar con pocos recursos, con solo cinco años trabajaba junto a su padre. Pero no imaginó que décadas después serían uno de los médicos más reconocidos en Estados Unidos y el mundo.
A los 14 años, el inmigrante decidió cruzar ilegalmente a Estados Unidos fue a visitar a su tío, que trabajaba como capataz en un campo en California y empezó a cosechar tomates para costearse sus gastos.
Con sus primeros trabajos Alfredo logró ahorrar para empezar a estudiar inglés en una academia nocturna comunitaria. Era su primera meta para postular a becas universitarias.
Te recomendamos
El camino a Harvard y el reconocimeinto
A pesar de que amigos y parientes le repetían que no se hiciera ilusiones, Alfredo aplicó para una beca en la Universidad de California, en Berkeley. Lo que parecía una misión imposible, no lo fue. A los 23 años fue becado y admitido y comenzó con sus estudios.
Fue así que decidió continuar estudiando y eligió aplicar para la Escuela de Medicina de Harvard. En el año 2005, fue contratado por la prestigiosa escuela de medicina Johns Hopkins para desempeñarse en el Departamento de Neurocirugía, Neurociencia y Medicina Celular y Molecular.
En esa institución, líder a nivel mundial, llegó a ser profesor de Neurocirugía y Oncología; Director del programa de Tumores Cerebrales y Células Madre y Director del programa de Cirugía Pituitaria. Su foco estuvo puesto en la cirugía como tratamiento primario y en los tumores metastásicos. Se especializó, además, en técnicas endoscópicas y en el uso de la radiocirugía.
Desde 2005 a 2016 su equipo publicó más de 150 artículos científicos. Quiñones Hinojosa condujo numerosas investigaciones para dilucidar el papel de las células madre en el origen de los tumores cerebrales y el rol potencial que estas mismas células podrían jugar en la lucha contra el cáncer. Un pionero en todo.
Créditos: YouTube | @CracksPodcast