A mediados de la década de 1970 en Puerto Rico, la estudiante de secundaria, Olga González-Sanabria, asistió a unas charlas sobre carreras en ciencia en la universidad. Ese día quedó cautivada y decidió estudiar ingeniería, no imaginaba que en unas años triunfaría en Estados Unidos.
Cuando llegó el momento se matriculó en la Universidad en Puerto Rico, en una época en la que era muy raro que una mujer estudiara ingeniería. Aunque era una de apenas cinco mujeres, no sintió que la trataran de manera muy diferente a sus compañeros masculinos. Pero hubo algo que le costó trabajo.
El tener que esforzarse más para dominar conceptos básicos por no tener la preparación necesaria desde secundaria, no afectó su carrera, sino que la fortaleció a tal punto de ser reclutada por la La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
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Latina más exitosa en la NASA
Olga dejó su natal de Puerto Rico y voló a Cleveland, al Centro de Investigación Glenn de la NASA. Cuando llegó el departamento enfrentaba problemas con sus baterías espaciales de níquel-hidrógeno, ya que estas solo tenían una vida útil corta de tres años.
Sus superiores le dijeron que la misión del equipo era prolongar la vida útil de las baterías hasta los 15 años. Por suerte, ella sabía de química y, en base a esto, el equipo modificó algunas cosas del diseño de las baterías.
"Debido a que es hidrógeno y oxígeno, se producen pequeñas explosiones entre los electrodos que queman todo lo que hay y luego cortocircuitan la batería, lo que reduce la vida útil", declaró a la BBC.
Esta razonamiento hizo que la vida útil de las baterías se prolongaran a 30 años, el doble de lo esperado. "Eso es lo que ocurre con la mayoría de los proyectos de la NASA, porque no podemos permitirnos un fracaso", indicó la ingeniera.
Debido a su éxito en la agencia estadounidense, González-Sanabria fue la primera latina en trabajar en la Oficina de Administración de Sistemas y en 2004, se convirtió en la Directora de Ingeniería y Servicios Técnicos, el puesto más alto que alcanzó una mujer latina en la NASA.
Apoyar a los jóvenes
González-Sanabria se retiró de la NASA EN 2011, Ahora tiene su propia empresa y es mentora de jóvenes interesados en la ciencia y la ingeniería, algo que le encanta hacer. Se mudó de vuelta a Puerto Rico, donde "disfruta con su familia y compatriotas".
Créditos: YouTube | @Blackhistorymonthtoday