La humanidad ha dejado huella en el tiempo con monumentos que desafían siglos y fronteras. En 2007, una iniciativa impulsada por la fundación suiza New Open World Corporation convocó a millones de personas a elegir las nuevas siete maravillas del mundo moderno. El resultado fue una votación masiva con más de 100 millones de participaciones que definió los íconos arquitectónicos más admirados de la era actual.
“Fue una elección global sin precedentes, y la lista refleja no solo majestuosidad arquitectónica, sino también una profunda carga cultural e histórica”, destacó la fundación organizadora. Poco después, la UNESCO respaldó esta clasificación como un referente mundial frente a otras candidaturas. Cada una de estas maravillas encierra siglos de historia, simbolismo y conexión con las civilizaciones que las levantaron.
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Las siete maravillas modernas incluyen la milenaria Gran Muralla China, símbolo de resistencia y cultura asiática; el enigmático complejo de Petra en Jordania, tallado en piedra rosa por los nabateos; y el Coliseo de Roma, emblema del poder imperial y escenario de grandes batallas. En América Latina destacan el místico Machu Picchu en Perú, antigua ciudad incaica; el majestuoso Cristo Redentor en Brasil, guardián de Río de Janeiro; y el impresionante Chichén Itzá en México, donde la arquitectura maya refleja el calendario solar. Cierra la lista el eterno Taj Mahal en India, testimonio de amor y perfección arquitectónica.
Estos lugares siguen siendo, hoy más que nunca, destinos imperdibles para los viajeros y símbolos eternos del ingenio humano.