En pleno corazón del desierto de Nuevo México, un hallazgo arqueológico está revolucionando la historia de la humanidad en América. Se trata de huellas humanas fosilizadas con una antigüedad de 23 000 años encontradas en el Parque Nacional White Sands, un sitio conocido por sus impresionantes paisajes y su riqueza paleontológica.
Estas huellas no solo desafían la cronología tradicional sobre la llegada del ser humano al continente, sino que también ofrecen pistas valiosas sobre cómo vivían, se movían y se relacionaban nuestros antepasados durante el Último Máximo Glacial. El hallazgo sugiere que la presencia humana en América es mucho más antigua de lo que se creía hasta ahora.
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Un viaje al pasado a través de las huellas más antiguas de América
Las huellas encontradas en White Sands fueron analizadas utilizando métodos avanzados como la datación por radiocarbono, el estudio de polen fosilizado y la luminiscencia óptica estimulada. Gracias a estas técnicas, los investigadores lograron confirmar su antigüedad: alrededor de 23 000 años. Esto sitúa la presencia humana en América miles de años antes de la teoría más aceptada hasta hace poco.
Lejos de ser solo rastros sobre el barro endurecido, estas huellas cuentan historias: niños jugando, adultos cazando, una mujer joven cargando a un infante mientras escapa de posibles depredadores. Se trata de evidencia directa de la vida cotidiana de los primeros americanos. Además, el hallazgo incluye señales de interacción entre personas de diferentes edades, lo que revela una sociedad compleja, donde había espacio para el juego, el cuidado y la cooperación.
El descubrimiento fue confirmado por estudios publicados en la revista Science, y ha sido celebrado por expertos de todo el mundo. Según los investigadores, estas huellas podrían ser solo el inicio de una nueva era de exploración arqueológica en Norteamérica, y White Sands podría convertirse en el archivo más antiguo de la presencia humana en el continente.