Las medidas arancelarias impuestas durante la administración de Donald Trump siguen generando efectos significativos en empresas multinacionales, y ahora es Nike quien enfrenta las consecuencias. La firma deportiva anticipa un aumento de costos cercano a los mil millones de dólares debido a las nuevas tarifas aplicadas a productos fabricados en China.
Matthew Friend, director financiero de Nike, confirmó que estas tasas representan un “obstáculo importante” para las operaciones de la compañía. Aunque gran parte de su calzado y ropa ya se produce en países como Vietnam, Indonesia y Camboya, China sigue siendo un punto clave dentro de su red de proveedores.
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Nike aumentará precios en EE.UU. para enfrentar el impacto de los aranceles de Trump
La marca se encuentra en un proceso de reestructuración para enfrentar la presión financiera, que incluye el traslado parcial de producción fuera de China y un posible aumento selectivo de precios en Estados Unidos. Este ajuste afectaría directamente a millones de consumidores que ya enfrentan una inflación alta en productos básicos.
Como parte de su estrategia, Nike está diversificando su cadena de suministro, buscando reducir su dependencia de países afectados por las tarifas. “Nuestra prioridad es mantener una red ágil y adaptable ante los cambios del entorno global”, señaló un portavoz de la compañía.
La nueva política comercial estadounidense impone hasta un 60% de arancel sobre ciertos productos, afectando aproximadamente al 16% del calzado que Nike importa. Para minimizar la presión en sus márgenes, la empresa aplicará un “ajuste selectivo” de precios en territorio estadounidense a partir del otoño.
Nike también ha anunciado medidas internas como recortes de costos corporativos, mientras enfrenta su peor trimestre en tres años. Con ingresos que cayeron un 12% entre marzo y mayo, la firma está atravesando uno de sus momentos financieros más complejos en décadas.
La situación ha generado preocupación entre analistas, quienes señalan que la compañía podría estar tocando fondo. Para millones de consumidores en EE.UU., esto podría traducirse en precios más elevados, en medio de un contexto económico marcado por la inflación y tensiones globales.