¡Increíble! Ave voló 11 días sin parar batiendo récord en la naturaleza

Una Aguja colipinta viajó desde Alaska hasta Tasmania día y noche recorriendo más de 13 mil kilómetros.

Una Aguja colipinta viajó desde Alaska hasta Tasmania día y noche recorriendo más de 13 mil kilómetros.
Una Aguja colipinta viajó desde Alaska hasta Tasmania día y noche recorriendo más de 13 mil kilómetros.

La naturaleza tiene sucesos increíbles y maravillosos. Y la historia que detallaremos a continuación es una de ellas.

La limosa lapponica, mejor conocida como Aguja colipinta, habría volado más de 11 mil kilómetros sin parar. Un grupo de científicos en Alaska realizaron diferentes pruebas con animales para observar con atención el procedimiento de sus migraciones.

Una proeza en la naturaleza.

Este pájaro, de apenas 72 centímetros de envergadura, rompió todos los pronósticos científicos al volar durante 11 días sin descanso desde Alaska (Estados Unidos) hasta Tasmania, según reportó el medio australiano ABC.

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Con un peso de 650 gramos (en los machos), la aguja colipinta cruzó la exorbitante distancia de 13, 560 kilómetros alcanzando de esta manera un récord mundial de vuelo sin escalas en aves.

Perdió la mitad de su peso

Dichos registros han sido tomados con gran admiración por toda la comunidad de investigadores. Asimismo, se supo que fueron contabilizados gracias a que el ave Aguja colipinta portó en todo momento una etiqueta satelital 5G que rastreó toda su ruta migratoria para tener la referencia.

Según precisaron los científicos, la estrategia del ave en no parar su vuelo se debió a la presencia del Océano Pacífico. Como la aguja colipinta no cuenta con las patas palmeadas a diferencia de otras de su misma especie, si se disponía a aterrizar sobre el agua, ésta no podría salir de ella tan fácilmente, dificultándose su estabilidad y aumentando el riesgo de hundirse y morir ahogada.

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Por ello, el ave prosiguió su camino sin detenerse, día y noche, aunque ello significara realizar un gran desgaste físico y perder casi la mitad de su peso corporal. "Si una colipinta amerizara moriría. No tiene las patas palmeadas, no puede salir del agua", explicó Eric Woehler, coordinador de Birdlife Tasmania

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