Perder a un ser querido no solo representa un golpe emocional, sino también un desafío económico para muchas familias en Estados Unidos. En estos casos, la Administración del Seguro Social (SSA, por sus siglas en inglés) ofrece beneficios para sobrevivientes, un programa que busca brindar estabilidad financiera a los familiares de trabajadores fallecidos que hayan contribuido al sistema durante su vida laboral. Este apoyo puede ser clave para mantener el sustento de niños, viudas, viudos y otros dependientes que quedan atrás.
Estos beneficios forman parte del sistema de seguridad social del país y están disponibles para un grupo específico de personas que cumplían una relación directa y de dependencia con el trabajador fallecido. Entender quiénes califican, cuáles son los montos aproximados y cómo solicitarlos puede marcar la diferencia en un momento de profunda vulnerabilidad.
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¿Quiénes califican y cómo iniciar la solicitud?
Los beneficios para sobrevivientes están disponibles para diferentes perfiles, entre ellos:
Viudos(as) de 60 años o más (o desde los 50 si tienen una discapacidad).
Viudos(as) de cualquier edad si están cuidando hijos menores de 16 años del fallecido.
Hijos solteros menores de 18 años (o hasta los 19 si aún están en la secundaria).
Hijos adultos con discapacidad que comenzó antes de los 22 años.
En algunos casos, padres mayores de 62 años que dependían económicamente del trabajador fallecido.
Para poder recibir estos beneficios, el trabajador fallecido debe haber cotizado al menos durante un periodo mínimo al sistema de Seguro Social. El número de créditos necesarios varía según la edad al momento del fallecimiento, pero puede ser tan bajo como 6 créditos (aproximadamente 1.5 años de trabajo).
La solicitud puede iniciarse comunicándose con la SSA al 1-800-772-1213 o visitando una oficina local. A diferencia de otros trámites, este no se puede hacer completamente en línea. Es necesario presentar el número de Seguro Social del fallecido, el certificado de defunción, documentos que prueben la relación (como actas de matrimonio o nacimiento) y, en algunos casos, información bancaria para los depósitos.