Aunque esperar hasta la edad plena de jubilación (67 años para quienes nacieron después de 1960) o incluso retrasar hasta los 70 puede incrementar tu cheque mensual, reclamar a los 62 años tiene un beneficio clave que muchos pasan por alto: la tranquilidad de aprovechar al máximo tus ingresos, independientemente de cuánto vivas.
La importancia de aprovechar el presente
Reclamar el Seguro Social a los 62 años significa aceptar una reducción en tus beneficios mensuales, alrededor del 30% si tu edad de jubilación plena es 67. Sin embargo, este paso podría garantizar que disfrutes de tu dinero cuando más lo necesites, evitando el riesgo de perder ingresos si llegas a fallecer más joven de lo esperado.
Por ejemplo, alguien que empieza a cobrar U$D 1400 al mes a los 62 años recibiría un total de U$D 218400 si fallece a los 75. Si esta persona espera hasta los 67 para reclamar y recibe U$D 2 mil al mes, su ingreso total sería solo U$D 192 mil. Y si espera hasta los 70 para recibir U$D 2480 al mes, ese total cae a U$D 148800. En estos casos, priorizar el acceso temprano al dinero puede ofrecer una mayor tranquilidad frente a la incertidumbre del futuro.
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El balance entre salud y finanzas
Tu estado de salud y tus ahorros personales son factores clave en esta decisión. Si cuentas con una buena reserva en tu 401(k) o IRA, reclamar a los 62 años podría ser una estrategia viable, ya que un cheque más pequeño no afectará drásticamente tu estabilidad financiera. En cambio, si tienes ahorros limitados, esperar podría ser más seguro para garantizar ingresos más altos en caso de una vida más prolongada.
Adicionalmente, si tienes dudas sobre cuánto tiempo disfrutarás de una buena salud durante tu retiro, reclamar temprano podría ser la opción que te permita disfrutar de tu dinero sin preocuparte por perder años de beneficios en caso de un fallecimiento prematuro.
Créditos del video: Youtube | Peak Financial Planning
Tranquilidad financiera en el momento adecuado
Más allá de las cifras, decidir cuándo reclamar el Seguro Social es un tema profundamente personal. Si comenzar a recibir beneficios a los 62 años te da la tranquilidad de disfrutar de tus ingresos desde una etapa más temprana, esa puede ser razón suficiente para dar el paso. El retiro no solo se trata de maximizar cifras, sino de optimizar tu calidad de vida en el presente.