El Programa de Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI, por sus siglas en inglés) es un beneficio económico administrado por la Administración del Seguro Social de Estados Unidos.
Está diseñado para ayudar a personas mayores de 65 años, ciegas o con discapacidades que tengan ingresos limitados y recursos financieros escasos. A diferencia de los beneficios regulares del Seguro Social, el SSI no depende de las contribuciones laborales previas, sino que se basa en la necesidad financiera del solicitante.
Para calificar al SSI, los solicitantes deben cumplir ciertos requisitos de ingresos y recursos, además de las condiciones de edad, discapacidad o ceguera.
Los ingresos mensuales permitidos son estrictamente regulados, y el solicitante no puede poseer recursos financieros (como dinero en efectivo, propiedades o inversiones) que superen los U$D 2 000 para individuos o U$D 3 000 para parejas. Los pagos mensuales del SSI están destinados a cubrir necesidades básicas como alimentación, vestimenta y vivienda, y varían según el estado en el que se resida.
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¿Quiénes pueden recibir SSI?
El programa SSI es accesible tanto para ciudadanos estadounidenses como para algunos residentes legales que cumplan con los requisitos de elegibilidad. Además de la edad o discapacidad, se evalúa la situación económica para determinar si una persona califica. Las personas que reciben SSI pueden también ser elegibles para otros beneficios, como Medicaid, dependiendo de las leyes estatales.
El SSI ofrece un alivio crucial para aquellos que, debido a su edad o condiciones físicas, no pueden generar ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, mejorando así la calidad de vida de los más vulnerables en la sociedad estadounidense.
Créditos: María Díaz Seguro Social | @maríadiazsegurosocial
