En un giro inesperado dentro del mundo de la alimentación, la ciencia ha comenzado a cambiar la percepción sobre uno de los productos más arraigados en la cocina tradicional: el chorizo. Investigadoras del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España han desarrollado una solución innovadora que promete revolucionar la industria de los embutidos, introduciendo versiones más saludables sin alterar sus características sensoriales.
Este avance se basa en el uso de oleogeles, una tecnología alimentaria que transforma aceites vegetales líquidos en sustitutos estructurales de las grasas sólidas. “Estos materiales permiten simular la consistencia de la grasa tradicional, pero con un perfil nutricional mucho más favorable”, explican desde el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC). El secreto está en agentes gelificantes naturales como los agar y carragenatos, extraídos de algas rojas.
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Argentina se suma a la tendencia de embutidos funcionales
El mercado argentino no se queda atrás: cada vez más marcas apuestan por productos con carnes magras, bajo contenido de sodio y grasas saturadas, e incluso enriquecidos con fibras o proteínas vegetales. “La disponibilidad de estos embutidos responde a una demanda creciente de consumidores conscientes”, aseguran especialistas en nutrición. Además, se destaca la importancia de leer etiquetas y mantener una dieta equilibrada.
Más allá de una moda, esta transformación representa un cambio profundo en la manera de concebir alimentos sabrosos y saludables. Con la incorporación de ingredientes funcionales y antioxidantes naturales, los embutidos del futuro están cada vez más cerca de las góndolas.