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Han pasado 43 años y la incógnita sobre el forzoso aterrizaje del vuelo JK-297 en la base militar de Manises sigue sin resolverse. Y es que, la medida de emergencia se dio luego de que los pilotos a cargo vieran que unas luces rojas los perseguían a excesiva velocidad como si intentaran chocarlos, por lo que este hecho incluso hasta una persecución militar a un supuesto ovni y un serio debate en el Congreso.
La noche del suceso
Era el domingo 11 de noviembre de 1979, cuando el vuelo JK-297 trasladaba a 109 pasajeros hacia la isla de Tenerife, en España y nadie se imaginó que minutos después, se desataría una emergencia que no tendría nada que ver con las fallas del avión Súper Caravelle, sino, del exterior por la supuesta presencia de un objeto no identificado.
Como se recuerda, unas luces venían acercándose a toda velocidad y el piloto Francisco Javier Lerdo de Tejada pensó que se trataba de un avión que iba a chocarlos, razón por la que decidió comunicarse con la torre de control, pero, los radares no detectaron nada y el peligro se hizo inminente, pues pese a las maniobras evasivas, el avión se vio provocado a hacer un aterrizaje de emergencia en Manises, Valencia.
Desde el plano terrestre, se envió un caza de combate 'Mirage F-1' para iniciar la persecución, pero el resultado fue el mismo, el capitán Fernando Cámara intentó alcanzar sin éxito las luces rojas y se vio en peligro.
Cabe recalcar, que también se supo que en otros lados también se vio el objeto extraño y el mismo piloto recibió la orden de sobrevolarlas. No obstante, terminó regresando a base por falta de combustible.
Misterio sin resolver
El supuesto ovni era una de las hipótesis más descabelladas y a la vez la más certera para darle una explicación al caso Manises que fue debatido en el Congreso de los Diputados quien pedía informes urgentes a las Fuerzas Armadas y el Gobierno.
Una de las teorías era que las luces eran producto de algunas maniobras militares de los Estados Unidos. También se habló de fenómenos meteorológicos hasta que finalmente el informe concluyó que la procedencia era desconocida y operaba bajo un tráfico no controlado que además, no podía confirmar una presencia física.
