Así enfrentan su jubilación millennials y baby boomers en Estados Unidos

Mientras los baby boomers se apoyan en pensiones y Seguridad Social, los millennials recurren a trabajos extras y ahorro individual.
Pensión en Estados Unidos: Ningún joven de entre 18 y 24 años usa rentas vitalicias como estrategia de retiro, a diferencia del 11.56% de baby boomers. |
Fuente: Ilustración

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El modelo de jubilación en Estados Unidos ha sufrido una transformación profunda entre generaciones. Los baby boomers accedieron a un sistema sustentado por pensiones laborales y beneficios públicos, mientras que los millennials —y aún más la Generación Z— enfrentan un escenario sin garantías estatales, donde el retiro depende, cada vez más, de su iniciativa financiera y estrategias personales.

Durante décadas, los adultos mayores de hoy contaron con un entorno laboral que les ofrecía estabilidad y respaldo en su vejez. Un reciente estudio de GOBankingRates, en conjunto con New York Life, reveló que el 90.17% de los baby boomers utiliza la Seguridad Social como principal fuente de ingresos y que el 43.93% sigue recibiendo pensiones de empleadores.

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El retiro de los baby boomers, sostenido por el pasado

La mayoría de los baby boomers no tuvo que preocuparse por el origen de sus ingresos tras retirarse. La periodista financiera Donna Fuscaldo explica que “durante muchos de sus años de trabajo, los baby boomers tuvieron acceso a pensiones y a un mercado laboral sólido”. Esta ventaja permitió a una gran parte de ellos dejar la vida laboral con un respaldo institucional.

Además, solo el 20.81% de los adultos mayores reporta ingresos por planes 401(k), lo que refleja su menor necesidad de ahorro personal. Las estructuras de apoyo tradicionales que los rodearon siguen funcionando, aunque en declive para las generaciones siguientes.

Diferencias entre los Millennials y Gen Z

Para los millennials, el panorama cambia radicalmente. Apenas el 15.3% de quienes tienen entre 35 y 44 años obtiene ingresos de cuentas 401(k), a pesar de que esta herramienta se está posicionando como una alternativa relevante frente a la desaparición de pensiones.

Más allá del ahorro formal, muchos jóvenes recurren a empleos adicionales. El 36.21% de los adultos entre 18 y 24 años afirma generar ingresos con trabajos secundarios, una señal clara de que las nuevas generaciones deben diversificar sus fuentes de ingreso ante un mercado más volátil y competitivo.

A diferencia de los baby boomers, el uso de productos tradicionales como las rentas vitalicias ha disminuido notablemente. En ese mismo grupo de 18 a 24 años, ninguno usa este tipo de instrumento financiero, frente al 11.56% de los adultos mayores.

La educación financiera como herramienta urgente

Ante la falta de sistemas sólidos que garanticen una jubilación estable, los jóvenes están desarrollando una relación más activa con sus finanzas. Un informe del Instituto Nacional de Jubilación indica que el 45% de la Generación Z y el 39% de los millennials cree que no recibirá beneficios del Seguro Social.

Ese escepticismo puede ser un incentivo positivo: la preparación para el retiro se ha vuelto un ejercicio de autonomía. “Los nuevos trabajadores deben ser más creativos, informados y estratégicos para asegurar su estabilidad financiera a largo plazo”, concluye Fuscaldo.

La brecha generacional en torno al retiro no es solo económica, sino estructural: mientras unos crecieron con seguridad institucional, otros deben construirla desde cero.

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