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El sistema del Seguro Social en Estados Unidos está basado en los aportes laborales que realizas durante tu vida. Por eso, tener un historial de contribuciones deficiente desde joven puede traer consecuencias serias en el futuro. Aunque a los 20 o 30 años muchos no piensan en la jubilación, esos primeros años de trabajo son fundamentales para construir una base sólida que determine tu elegibilidad a beneficios clave.
Un mal historial no significa simplemente no haber trabajado, sino también haber trabajado sin declarar ingresos, hacerlo “por fuera” del sistema o no haber alcanzado el mínimo requerido de créditos por año. Esto puede dificultar o incluso impedir que accedas a beneficios como jubilación, incapacidad o Medicare más adelante.
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¿Cómo te afecta y qué puedes hacer?
El Seguro Social se basa en un sistema de “créditos” que acumulas por tus ingresos anuales. En 2025, por ejemplo, ganas un crédito por cada U$D 1 730 en ingresos, hasta un máximo de 4 créditos por año. Para jubilarte con beneficios completos, necesitas al menos 40 créditos, es decir, aproximadamente 10 años de trabajo con aportes formales.
Si desde joven no has alcanzado suficientes créditos o tus ingresos han sido bajos, esto puede reducir el monto mensual que recibirás o hacerte inelegible para ciertos programas. También puede afectar tu elegibilidad para beneficios por incapacidad, los cuales exigen una cantidad mínima de créditos acumulados recientemente.
¿Qué puedes hacer?
- Revisa tu historial: Ingresa a tu cuenta en my Social Security y verifica que todos tus trabajos estén registrados correctamente.
- Corrige errores: Si notas omisiones o datos incorrectos, puedes reportarlos con documentos como W-2 o formularios 1099.
- Formaliza tu trabajo: Si trabajas de forma independiente, asegúrate de declarar tus ingresos correctamente para que cuenten hacia tus créditos.
- Planifica a futuro: Es posible mejorar tu historial con aportes constantes en los años venideros. Incluso si empezaste mal, puedes recuperarte.
Construir un buen historial de contribuciones no solo te da acceso a beneficios más altos, sino que también protege a tu familia en caso de incapacidad o fallecimiento. Comenzar a preocuparte por ello desde joven es una decisión financiera inteligente.