Ante las frecuentes cancelaciones y retrasos de vuelos que han afectado a miles de pasajeros en los últimos años, el Departamento de Transporte de EE.UU. ha implementado una nueva norma para proteger los derechos de los viajeros.
A partir de esta semana, las aerolíneas estarán obligadas a reembolsar automáticamente a los pasajeros en casos de cancelación de vuelos o demoras importantes, así como en aquellos servicios adicionales pagados y no entregados, como el acceso a Wi-Fi o entretenimiento a bordo. Esta medida, impulsada por el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, pretende simplificar el proceso de reembolso, eliminando los obstáculos y la necesidad de que los pasajeros presenten solicitudes.
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Reembolsos rápidos sin necesidad de solicitud
La normativa establece que los pasajeros afectados recibirán su dinero de vuelta sin tener que pasar por el proceso de solicitar un reembolso. Según Buttigieg, el objetivo es “garantizar que los reembolsos se emitan sin dolores de cabeza ni regateos”, agilizando los tiempos de respuesta de las aerolíneas. Los reembolsos a pasajeros que pagaron sus boletos con tarjeta de crédito se procesarán en un máximo de siete días hábiles, mientras que los pagos realizados con otros métodos se verán reflejados en un máximo de 20 días calendario.
¿Qué cuenta como un ‘retraso significativo’?
Bajo esta normativa, se considera retraso significativo cuando un vuelo nacional se demora tres horas o más, y seis horas en el caso de vuelos internacionales. Los pasajeros que enfrenten estos tiempos de espera o más podrán recibir reembolsos completos de sus boletos, sin importar si la demora fue causada por problemas técnicos, condiciones climáticas, o personal insuficiente.
Créditos del video: Youtube | ABC 7 Chicago
Reembolsos por equipaje y servicios adicionales
Además de los vuelos cancelados y retrasados, la norma también exige que se reembolsen tarifas adicionales, como las de equipaje, cuando el servicio no se cumple. En vuelos nacionales, el equipaje debe ser entregado en un máximo de 12 horas tras el aterrizaje; en vuelos internacionales, el plazo se extiende hasta un máximo de 30 horas, dependiendo de la duración del trayecto. Esta disposición también se aplica a otros servicios, como el Wi-Fi o el entretenimiento a bordo, si los pasajeros pagaron por estos servicios y no pudieron usarlos.
Apoyo de la industria
La organización Airlines for America, que representa a las principales aerolíneas de EE.UU., ha expresado su respaldo a la nueva regulación. En un comunicado, la asociación declaró su compromiso con la satisfacción del cliente y su disposición a reembolsar a los pasajeros que decidan no volver a reservar un vuelo cancelado o retrasado. Esta normativa llega en un momento en que la industria enfrenta desafíos importantes de reputación, tras una serie de incidentes que afectaron la confianza del público.