Ser seleccionado para una auditoría del Servicio de Impuestos Internos (IRS) es una experiencia que puede generar inquietud, especialmente para quienes no están familiarizados con el proceso. El IRS realiza auditorías para asegurarse de que las declaraciones de impuestos sean precisas y reflejen correctamente los ingresos, deducciones y créditos de los contribuyentes.
La revisión puede llevarse a cabo de manera aleatoria o debido a señales de alerta en la declaración, como grandes deducciones o discrepancias en los ingresos reportados. Aunque muchas personas asocian una auditoría con problemas graves, en realidad, es un procedimiento rutinario del IRS que puede completarse de forma rápida y sin penalidades, siempre que la información presentada sea correcta.
Existen tres tipos principales de auditoría: por correo, en las oficinas del IRS y en el domicilio del contribuyente. La auditoría por correo es la más común y generalmente se solicita documentación adicional para verificar ciertos elementos en la declaración, como recibos o facturas.
En una auditoría en las oficinas del IRS o en el domicilio, los agentes revisarán a detalle la información y pueden hacer preguntas sobre los ingresos, deducciones o créditos reclamados. Para los contribuyentes, es fundamental estar preparados con toda la documentación y, de ser necesario, consultar a un asesor fiscal para garantizar que el proceso transcurra sin complicaciones.
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Así debes prepararte y lo qué debes esperar durante el proceso
Al recibir un aviso de auditoría, es importante no entrar en pánico y seguir las instrucciones del IRS al pie de la letra. Lo primero que debe hacer el contribuyente es reunir toda la documentación solicitada y, en caso de ser necesario, presentar pruebas que justifiquen los ingresos y gastos reportados en su declaración.
En muchas ocasiones, el proceso se resuelve con el envío de documentación adicional o la aclaración de ciertos puntos específicos. En el caso de que surjan diferencias en los cálculos o errores en la declaración, el IRS puede proponer ajustes, que el contribuyente puede aceptar o, si no está de acuerdo, puede apelar.
Contar con la asesoría de un contador o profesional en impuestos puede hacer la diferencia en una auditoría, ya que ellos están familiarizados con los procedimientos y pueden ayudar a resolver cualquier problema que se presente.
Es importante recordar que, aunque la auditoría puede parecer intimidante, en la mayoría de los casos es un trámite de rutina que el IRS utiliza para garantizar el cumplimiento fiscal. Mantener registros claros y completos de las finanzas personales facilita el proceso y permite que la revisión se lleve a cabo de forma más ágil y sin consecuencias negativas.
Créditos: Univision Noticias | @univisionnoticias