Sae Joon Park, un veterano de guerra de 55 años, ha tomado la dolorosa decisión de autodeportarse luego de casi medio siglo en Estados Unidos. La determinación se produjo tras una advertencia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), que le dio un ultimátum: salir del país voluntariamente o ser deportado.
Originario de Corea del Sur, Park llegó al país a los siete años para reencontrarse con su madre en Miami. Poco después se trasladó a Los Ángeles, donde creció. En su juventud, se enlistó en el Ejército y fue enviado a Panamá durante la invasión de 1989. Allí recibió un disparo en la espalda que casi le cuesta la vida.
El veterano fue repatriado, dado de baja honorablemente y galardonado con el Corazón Púrpura, la más antigua condecoración militar de Estados Unidos, símbolo de valor y servicio patriótico.
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El héroe de guerra que terminó fuera del país que defendió
Tras su regreso, Park sufrió un severo Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), lo que lo llevó al consumo de drogas. Durante sus 20 y 30 años, desarrolló adicción al crack y fue arrestado durante una operación antidrogas. La falta de asistencia a una audiencia judicial clave le impidió acceder a la ciudadanía o a un perdón migratorio.
Luego de cumplir tres años de prisión, Park se mudó a Hawái, reconstruyó su vida, consiguió empleo y formó una familia. Aunque recibió una orden de deportación, se le permitió quedarse en el país bajo monitoreo anual. Todo cambió con las políticas migratorias más estrictas impulsadas durante la administración Trump.
En 2024, ICE le notificó que debía abandonar el país o enfrentarse a una deportación forzosa. Park optó por marcharse voluntariamente, compartiendo sus últimos días en EE.UU. con sus hijos y su madre de 85 años. Finalmente, abordó un vuelo hacia Corea del Sur, dejando atrás su hogar, su familia y la nación por la que luchó con honor.
