Desde la reactivación del sistema RedSpeed en Miami-Dade, los conductores que excedan el límite de velocidad en más de 10 millas por hora en zonas escolares se enfrentan a una multa automática de U$D 100. Esta medida busca aumentar la seguridad vial alrededor de escuelas, especialmente durante las horas de entrada, salida y actividades extracurriculares.
El sistema opera con 206 cámaras instaladas estratégicamente en áreas escolares no incorporadas del condado. Estas cámaras funcionan durante el año escolar y también en campamentos de verano, vigilando de forma constante sin requerir intervención policial directa. El proceso es automático: el infractor recibe la notificación por correo sin necesidad de ser detenido en el acto.
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¿Por qué ahora hay multas automáticas de U$D 100 en zonas escolares?
Este tipo de vigilancia se ampara en la ley estatal HB 657 y se implementa bajo el paraguas del programa Vision Zero, que tiene como objetivo eliminar las muertes por accidentes de tráfico antes de 2040. Instituciones educativas como Hammocks Middle School, American Senior High y Goulds Elementary están dentro del alcance de estas cámaras.
La estrategia detrás de esta política se centra en la prevención y la tecnología. Al automatizar el control de velocidad, se busca reducir la presencia física de agentes y evitar confrontaciones. Además, permite una cobertura más amplia y constante durante todo el horario escolar, aumentando la percepción de riesgo entre los conductores.
Los ingresos generados por estas multas también tienen un fin estructurado: U$D 60 se destinan al mantenimiento del sistema RedSpeed, mientras que el resto se distribuye entre programas escolares, formación policial y fondos estatales. Así, la sanción no solo penaliza, sino que también refuerza otros aspectos de la seguridad vial.
Este modelo ya ha mostrado resultados positivos en otros condados de Florida. En Manatee, por ejemplo, se impusieron miles de sanciones en pocas semanas, con una recaudación significativa que sirvió para mejorar el control del tráfico escolar. Sin embargo, la experiencia también ha demostrado que la supervisión técnica es clave para evitar errores, como los ocurridos en Palm Bay, donde fallos obligaron a pausar el programa temporalmente.
