Rodrigo Fernandini, conocido por su paso por la televisión peruana en programas reality como Esto es Guerra, ha dado un giro total a su vida al abrir su propio restaurante, Artesano en una de las zonas más exclusivas de Nueva York. De la mano de su pasión por la cocina, Fernandini ha logrado conquistar paladares extranjeros con la auténtica gastronomía peruana, demostrando que los sueños, aunque difíciles, se pueden cumplir.
Tras finalizar su carrera en la televisión, decidió empacar sus maletas y partir hacia Estados Unidos en busca de expandir su mente y habilidades culinarias. “Quería salir del Perú para aprender de los mejores, y eso solo podía hacerlo en el extranjero”, comentó en una entrevista el chef, originario de Pimentel, Chiclayo.
En California, trabajó en prestigiosos restaurantes con estrellas Michelin, enfrentándose a la presión y los altos estándares de la alta cocina. Fue una etapa intensa, sin fines de semana libres y con jornadas agotadoras.
De cocinero a emprendedor
Luego de varios años de aprendizaje y con un creciente reconocimiento por su propuesta culinaria, Rodrigo se aventuró a abrir su propio restaurante en San José, California. Aunque fue un espacio pequeño y casual, sirvió como trampolín para su ambición de llevar la cocina peruana al siguiente nivel.
En plena pandemia, su carrera tomó otro giro inesperado cuando fue contratado como chef privado por jugadores de la NBA como Norman Powell y Pascal Siakam. Estos trabajos le permitieron ahorrar lo suficiente para seguir persiguiendo su sueño: abrir un restaurante de alta cocina. Fue entonces cuando surgió la oportunidad de hacerlo en Nueva York.
El nacimiento de Artesano en Nueva York
El restaurante abrió sus puertas en 2022, y es fruto de años de esfuerzo y dedicación. Situado en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad, Artesano no solo es un restaurante de cocina peruana, sino una experiencia culinaria que cuenta historias a través de cada plato.
Con un menú degustación y otro a la carta, el restaurante ofrece clásicos peruanos como el lomo saltado y el ají de gallina, junto con propuestas más sofisticadas que destacan la riqueza de la gastronomía peruana.