Más de 40 millones de personas dependen del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) para alimentar a sus familias, pero muchas desconocen que tener ciertos recursos no impide continuar recibiendo este apoyo mensual.
A pesar de que SNAP es un programa federal, su aplicación varía según cada estado, lo que genera diferencias en los requisitos y procesos. Esa descentralización puede provocar que muchos hogares pierdan el beneficio por no conocer los criterios exactos.
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Los bienes que no cuentan como recursos para SNAP
Aunque el programa SNAP busca apoyar a familias con ingresos limitados, no todos los bienes se consideran al calcular la elegibilidad. Por ejemplo, una familia puede tener hasta U$D 3 000 en efectivo o en cuentas bancarias, cifra que se eleva a U$D 4 500 si entre los miembros hay adultos mayores o personas con discapacidad. Además, hay recursos que quedan completamente excluidos del análisis, como:
- Una casa y el terreno donde vive la familia
- Recursos de personas que reciben Ingreso de Seguridad Suplementario (SSI, por sus siglas en inglés)
- Recursos de personas que reciben Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF, por sus siglas en inglés)
- La mayoría de los planes de jubilación y pensiones
Esta política permite que quienes ya cuentan con un patrimonio mínimo, pero siguen enfrentando dificultades económicas, accedan al programa sin temor a ser descartados.
La elegibilidad SNAP varía según el estado
La flexibilidad del programa SNAP también se expresa en la llamada “elegibilidad categórica de base amplia” (BBCE, por sus siglas en inglés), que aplican muchos estados. Bajo este criterio, una familia puede superar los límites establecidos de ingresos o recursos y aun así ser admitida, siempre que reciba algún tipo de asistencia estatal financiada por TANF. Esta herramienta amplía el alcance de SNAP y reduce las barreras burocráticas para quienes más lo necesitan.
Cumplir requisitos económicos no es suficiente
Tener ingresos o recursos dentro de los límites permitidos no garantiza la permanencia en SNAP. Los estados también revisan otras condiciones, como el historial laboral o la participación en actividades aprobadas. Si una persona deja de cumplir con estos requerimientos o no completa el proceso de revisión, el beneficio se detiene automáticamente, incluso si todavía califica económicamente.
Por eso es crucial que los hogares beneficiarios conozcan los detalles del sistema y las políticas de su estado. Entender qué se considera recurso, cuándo se debe renovar la solicitud y qué otros factores se toman en cuenta puede marcar la diferencia entre recibir o perder la ayuda.