Con más de 42.5 millones de estadounidenses dependiendo de los cupones de alimentos, los cambios propuestos en la política podrían tener profundas implicaciones para la seguridad alimentaria en el país.
Durante su presidencia, Donald Trump propuso una legislación que buscaba reducir significativamente el número de beneficiarios del SNAP. En diciembre de 2019, la administración Trump presentó un plan para excluir a aproximadamente 700 mil estadounidenses del programa, argumentando que la sólida economía y el bajo desempleo justificaban una revisión de los requisitos de asistencia.
El plan incluía estrictas nuevas normas que endurecían los criterios para recibir beneficios. Esto implicaba limitar la elegibilidad y reducir el tiempo en que los adultos sin dependientes podían acceder a los cupones de alimentos. Aunque la intención era recortar costos y restablecer el propósito original del programa, su implementación fue suspendida debido a decisiones judiciales y cambios en el entorno político.
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Cambios en SNAP bajo Biden
Con la llegada de la administración Biden, se han realizado modificaciones significativas en el SNAP. En un esfuerzo por evitar una crisis económica y prolongar la deuda gubernamental, Biden firmó una ley bipartidista que también afectó al programa SNAP. La nueva legislación amplía la edad límite de los beneficiarios obligados a demostrar actividad laboral, elevándola de 49 a 54 años.
Este ajuste tiene implicaciones directas para los estadounidenses en sus primeros 50 años que no tienen discapacidades o dependientes, quienes podrían perder su elegibilidad para los cupones de alimentos. Además, se han establecido nuevas exenciones para veteranos, personas sin hogar y adultos menores de 25 años que estuvieron en cuidado de crianza, aumentando la inscripción al programa para algunas poblaciones vulnerables.
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Este es el posible escenario si gana Trump
A pesar de la falta de declaraciones específicas de Trump sobre el futuro del SNAP, es probable que, de ser reelegido, se retomen las propuestas anteriores. La administración Trump había proyectado que su plan de 2025 podría ahorrar U$D 5.5 mil millones en cinco años, pero también enfrentó críticas por las dificultades económicas que impondría a los beneficiarios.
El panorama político actual sugiere que los recortes al SNAP seguirán siendo un tema divisivo. Con el aumento de la inflación y la incertidumbre económica, cualquier propuesta para reducir los beneficios alimentarios probablemente provocará una fuerte reacción.