Aunque pagar con tarjeta de crédito puede parecer la opción más cómoda y segura en estaciones de servicio, en varios estados de Estados Unidos esta modalidad incluye un costo adicional que muchos conductores desconocen. Se trata de una tarifa extra conocida como “tarifa de procesamiento”, que algunos negocios trasladan directamente al cliente.
Este recargo ha generado preocupación en lugares como Florida, donde algunos consumidores han denunciado la falta de transparencia en los surtidores. Según una investigación de WPTV News, algunas gasolineras en el estado aplican hasta U$D 1 más por galón si el pago se realiza con tarjeta de crédito. “Me dijeron que podían poner el precio que quisieran. Así que decidí irme sin cargar gasolina”, contó Pat Igo, un residente de Palm Beach Gardens, tras notar una diferencia significativa entre el precio anunciado y el real.
No es ilegal, pero sí poco claro
Aunque estas prácticas son legales en ciertos estados, su implementación sin informar al consumidor puede considerarse engañosa. La mayoría de las veces, los clientes no ven avisos claros sobre la diferencia de precio entre efectivo y tarjeta. Ante este panorama, plataformas como GasBuddy permiten comparar precios antes de acudir a una estación, lo que ayuda a evitar sorpresas al momento de pagar.
Con las tarjetas de crédito tan promovidas por bancos por sus beneficios y recompensas, muchos usuarios no imaginan que podrían estar pagando significativamente más por cada tanque lleno. Revisar bien los precios en los surtidores y preguntar antes de pagar podría ahorrarte dinero en cada visita a la gasolinera.