El gigante de la comida rápida Chipotle ha confirmado su primer restaurante en México para 2026, en colaboración con el grupo restaurantero Alsea. Aunque para la empresa este movimiento representa un paso estratégico en su expansión internacional, en redes sociales el anuncio fue recibido con escepticismo y burlas.
El comunicado oficial, emitido el lunes 21 de abril, detalla que la marca apuesta por “comida real, con ingredientes frescos y de origen responsable”, según explicó Nate Lawson, director de desarrollo de negocios de Chipotle.
“La familiaridad del país con nuestros ingredientes y su afinidad por la comida fresca lo convierten en un mercado atractivo”, sostuvo. Sin embargo, para muchos internautas mexicanos, la llegada de burritos estilo estadounidense a un país con una de las gastronomías más ricas y auténticas del mundo no tiene sentido.
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Críticas a un concepto “americanizado”
En plataformas como X (antes Twitter), los comentarios irónicos no se hicieron esperar. “Es como abrir un Olive Garden en Italia o un Panda Express en Beijing”, escribió un usuario. Otros cuestionaron el sabor y la calidad de los productos: “Los burritos de Chipotle son demasiado dulces, poco picantes y con escasa carne para el estándar mexicano”.
A pesar de las críticas, desde Alsea expresaron confianza en el proyecto. “Estamos orgullosos de trabajar con una marca tan icónica como Chipotle y hacer crecer su presencia internacional”, declaró Armando Torrado, CEO de Alsea. Aún no se ha revelado el menú que ofrecerá la cadena en México, pero muchos consumidores creen que, para tener éxito, deberá adaptarse al paladar local y alejarse de su enfoque americanizado.