Camilo Sesto fue uno de los grandes embajadores de la balada romántica, además su gran calidad vocal lo llevó a vender más de 100 millones de discos y a estar siempre presente en las listas de éxitos, algo que ningún artista de habla hispana ha podido lograr hasta el momento.
Sus inigualables gestos de humanidad lo hicieron aún más grande. En sus últimos años, el cantautor y productor español fue objeto de burlas por parte de muchos medios, esto tras haber pasado varias veces por el cirujano plástico. Sin embargo, el cantante siempre se mostró lleno de luz, generoso y espontáneo.
Por esta razón, hoy recordaremos a una de las leyendas de la música romántica tras haberse cumplido tres años desde su fallecimiento.
5 cosas que no sabías del cantante español
El gran secreto de su éxito
Camilo Sesto logró cautivar a gente de todas las edades y la prueba de ello es haber conseguido estar 52 veces en las listas de éxitos de Hispanoamérica, algo que ningún artista español ha podido conseguir. Además de vender 70 millones de copias, el cantante recibió el título de Máximo Orgullo Hispano en Las Vegas en el año 2011.
Dejó su carrera por su hijo
En pleno éxito profesional, Sesto decidió abandonar su carrera musical para poder ganar la custodia de su hijo y hacerse cargo de él. Siempre priorizó su labor como padre antes que cualquier otra cosa y por ello decidió ponerle punto final a su fama. Sin embargo, años más tarde retomó su carrera como artista y el público lo recibió con los brazos abiertos.
Su gesto con Luz Casal
Luz Casal reveló que cuando estuvo de gira fue entrevistada por una emisora de radio, motivo por el cual abrieron las llamadas para que el público oyente pueda conversar con ella. No obstante, algo que ella no se esperaba era que Camilo Sesto sea uno de los “fanáticos” que llamara. Para la cantante el gesto del español significó mucho.
Hizo famosos a muchos
Camilo Sesto es reconocido por lanzar a la fama a grandes artistas como Miguel Bosé, Ángela Carrasco, entre otros.
Su entierro
Los restos de Camilo Sesto se encuentran enterrados en Alcoy, sede de la SGAE en Madrid.