El próximo 5 de noviembre de 2024, los residentes de California tendrán la oportunidad de votar sobre una propuesta que podría cambiar el mercado inmobiliario del estado. La Proposición 33 busca otorgar a las ciudades y condados el poder de establecer controles de alquileres en una mayor cantidad de propiedades, incluidas viviendas unifamiliares, condominios y edificios construidos después de 1995. Esta será la tercera vez que los votantes californianos decidan sobre una iniciativa de control de alquileres, luego de intentos fallidos en 2018 y 2020.
Esta propuesta nace en respuesta a los altos costos de alquiler y la crisis de vivienda que afecta al estado. Según el Instituto de Políticas Públicas de California, casi el 30% de los inquilinos gastan más de la mitad de sus ingresos en alquiler, una cifra alarmante que refleja la gravedad del problema. A nivel nacional, California se sitúa entre los estados con mayor proporción de inquilinos, con un 44% de su población alquilando, superado solo por Nueva York.
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¿Qué implica la Proposición 33 para el futuro de los alquileres?
Si la Proposición 33 es aprobada, permitiría a las autoridades locales imponer regulaciones más estrictas en el control de alquileres, una medida que muchos consideran esencial para frenar el aumento desmedido de los precios. Aunque desde 2019 existe una ley estatal que limita los incrementos anuales de alquiler al 5% más la inflación, los defensores de la Proposición 33 creen que esta medida no es suficiente para proteger a los inquilinos más vulnerables, especialmente en un mercado tan competitivo como el de California.
No obstante, la propuesta tiene sus detractores. Quienes se oponen al control de alquileres argumentan que esta política disuadiría a los constructores de desarrollar nuevos proyectos, lo que podría agravar aún más la escasez de viviendas. Los críticos también señalan que imponer límites podría reducir la oferta de propiedades disponibles para alquilar, lo que afectaría negativamente tanto a los propietarios como a los inquilinos.
Créditos: Cal Matters | @calmatters