Las leyes en los Estados Unidos son complejas, tanto para los residentes como para los extranjeros en situación ilegal. Para poder ingresar a su territorio, las autoridades norteamericanas solicitan una serie de documentos, tales como la Visa o permisos similares. Lo mismo sucede para aquellos que buscan permanecer, trabajar o vivir de forma legal y prolongada.
Para los migrantes que quieren vivir en el país existen dos caminos: obtener la Green Card, que nos brinda la residencia permanente; o la ciudadanía americana, la que nos permite vivir y trabajar por un tiempo indefinido y como cualquier ciudadano estadounidense.
Al margen de que los dos nos permiten trabajar y vivir legalmente en Estados Unidos, cada documento se diferencia entre sí. Aquí te lo explicamos.
Ciudadanía americana vs. Residencia: diferencias
Por un lado, la Green Card (o residencia permanente) nos permite vivir y trabajar dentro de Estados Unidos de manera indefinida. Incluso, nos da la posibilidad de ayudar a la familia y cónyuges a obtenerla de una manera más sencilla. Sin embargo, dentro de sus limitaciones está el hecho de que siempre estaremos observados por las autoridades con relación a nuestra conducta.
Otra desventaja que se observa de la Green Card es que no nos da la posibilidad de viajar libremente a otros países. El tiempo de estadía es limitado y, si no lo cumplimos, puede ser desactivada. Además, no da chances de votar o perseguir un cargo público.
En cambio, la ciudadanía americana se puede obtener a través de la naturalización. Hay que cumplir con una serie de requisitos que pueden demorar varios años en ser aprobados. Pero, al tenerla, nos da la ventaja de obtener los derechos de cualquier estadounidense de nacimiento, como viajar a cualquier parte sin opción de perder este beneficio, votar, ejercer cargos públicos, entre otros.
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