A partir del 1 de julio, entra en vigencia en Virginia una nueva ley de tránsito que impone duras sanciones a los propietarios de vehículos que permitan que menores sin brevete conduzcan. Esta medida representa un cambio significativo en la normativa vial, pues responsabiliza directamente a los adultos, incluso si no están presentes en el momento de la infracción.
La llamada “ley de responsabilidad” fue aprobada en enero por los legisladores estatales y establece que los dueños de vehículos pueden enfrentar cargos por delito de Clase 1 si permiten que un menor sin licencia utilice su auto. La pena puede alcanzar hasta un año de prisión y una multa de hasta U$D 2 500.
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La ley considera ilegal que un adulto permita que un menor con permiso de aprendizaje conduzca si sabe que esa persona planea violar la ley. El objetivo es frenar accidentes provocados por adolescentes sin la preparación adecuada para manejar y reforzar el papel de los padres o tutores como responsables legales.
La ley fue impulsada en parte por Tammy McGee, madre de un adolescente fallecido en un accidente causado por un conductor sin licencia. Su experiencia personal la llevó a colaborar en iniciativas legales anteriores sobre seguridad vial y a crear una fundación en honor a su hijo, enfocada en educación y prevención.
McGee también ha desarrollado herramientas digitales y promovido reportes anónimos de conducción peligrosa a través de redes sociales y su sitio web. Su historia ha sido clave para visibilizar los riesgos de permitir que jóvenes sin preparación accedan a vehículos, y su activismo continúa influyendo en la legislación estatal.
Además de esta ley, Virginia ha aprobado normas que penalizan amenazas públicas y delitos relacionados con el robo o daño de correo ajeno. Todo forma parte de una política estatal más estricta orientada a la seguridad pública y la responsabilidad ciudadana.