Françoise Bettencourt Meyers, de 70 años, ha logrado convertirse en la primera mujer en acumular una fortuna de casi U$D 100 000 millones. Heredera de la empresa de cosméticos L’Oréal, Bettencourt Meyers encabeza la lista de las mujeres más ricas del mundo, según la revista Forbes.
A pesar de su inmensa fortuna, ha mantenido una vida discreta y modesta, lejos de las ostentaciones típicas de su estatus.
La ascensión de L’Oréal y su impacto en su fortuna
Françoise Bettencourt Meyers hizo su primera aparición en la lista de Forbes en 2018, con un patrimonio de U$D 42.2 mil millones heredado tras la muerte de su madre, Liliane Bettencourt, en 2017.
En abril de este año, las acciones de L’Oréal se dispararon tras superar las expectativas de ventas del primer trimestre, lo que llevó su fortuna a alcanzar los U$D 100 mil millones. Miembro del directorio de L’Oréal desde 1997, Françoise Bettencourt Meyers ha triplicado su patrimonio mediante inversiones estratégicas que incrementaron el valor de las acciones de la empresa.
For the fourth year in a row, L’Oréal heiress Françoise Bettencourt Meyers—an author and avid pianist—has secured the spot as the richest woman in the world. pic.twitter.com/I9qSBXDs6v
— Françoise Bettencourt Meyers (@FranoiseMeyers) May 8, 2024
Nacida en 1953, Françoise Bettencourt Meyers ha desafiado el cliché de la heredera millonaria. Prefiere un estilo de vida modesto, viviendo en un departamento en lugar de una gran mansión. Su residencia se encuentra en un edificio moderno en el barrio parisino de Saint James, en Neuilly-sur-Seine, mucho más discreto que la antigua mansión de sus padres. Dedicando horas diarias al piano y a escribir libros, Françoise Bettencourt Meyers ha publicado un estudio en cinco volúmenes de la Biblia y una genealogía de los dioses griegos.
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Relaciones personales y preferencias de viaje
Su fortuna no ha distorsionado sus relaciones personales, manteniendo amistades de larga data como la actriz y soprano francesa Arielle Dombasle y el empresario del sector farmacéutico Jean-Marie Lefebvre. Françoise Bettencourt Meyers disfruta de viajar, especialmente a Italia y Estados Unidos, y prefiere la tranquilidad de Megève para esquiar, en lugar de las elitistas estaciones suizas. Su filosofía de vida sigue el dicho francés, “para vivir felices, vivamos escondidos”.
Además de su rol en L’Oréal, Françoise Bettencourt Meyers es una filántropa comprometida, apoyando diversas causas a través de la Fundación Bettencourt Schueller. A lo largo de su vida, ha demostrado que es posible manejar una fortuna gigantesca con modestia y discreción, sirviendo como un ejemplo de cómo vivir en el lujo sin perder de vista los valores y la sencillez.