El plan fiscal del presidente Donald Trump, calificado por él como “One Big Beautiful Bill”, busca introducir reformas profundas en Medicare a partir de 2026. Aunque ya fue aprobado en la Cámara de Representantes y ahora se encuentra en discusión en el Senado, su contenido ha generado preocupación por las implicancias para millones de estadounidenses mayores de 65 años.
Medicare es un pilar de seguridad médica y financiera para 68.5 millones de personas. Las modificaciones que plantea el nuevo proyecto podrían alterar desde la elegibilidad hasta las herramientas tecnológicas para supervisar los pagos. Expertos advierten que, de aprobarse, el sistema podría cambiar su estructura en aspectos clave que incluyen cobertura hospitalaria, límites a beneficiarios, ahorro individual en salud e incluso la inclusión de inteligencia artificial para la detección de fraudes
Te recomendamos
Los cuatro cambios que plantea Trump
1. Nuevas condiciones para hospitales rurales
Uno de los cambios más llamativos es la reapertura de hospitales cerrados bajo una categoría especial: Hospital Rural de Emergencia (REH, por sus siglas en inglés). Según la legislación vigente, solo los centros que operaban antes del 27 de diciembre de 2010 podían acogerse a esa designación. Sin embargo, la nueva propuesta extiende ese rango de revisión hasta el 26 de diciembre de 2020, lo que permitiría que hospitales que estuvieron activos en ese período, pero cerraron después, puedan reabrir bajo la designación REH. Entre 2005 y 2023, 146 hospitales rurales cerraron y 81 fueron convertidos a servicios de menor intensidad.
2. Restricciones en la elegibilidad y cambios para inmigrantes
Actualmente, los residentes legales permanentes con al menos cinco años de estancia en EE.UU. y diez años de trabajo califican para Medicare al cumplir 65 años. El proyecto de Trump propone eliminar la posibilidad de cobertura para inmigrantes indocumentados, permitiendo solo la inclusión de residentes legales, algunos inmigrantes cubanos y beneficiarios del Pacto de Libre Asociación (COFA, por sus siglas en inglés), que incluye a Micronesia, las Islas Marshall y Palaos.
3. HSA después de los 65
La legislación vigente impide que quienes tienen derecho a la Parte A de Medicare aporten a una cuenta de ahorro para la salud, la Health Savings Account (HSA), incluso si cuentan con un plan de salud con deducible alto, High-Deductible Health Plan (HDHP). Con la nueva propuesta, los mayores de 65 años podrían seguir realizando aportes si están inscritos en un HDHP. Se establecen además incentivos diferenciados según ingresos:
- Personas que ganen menos de U$D 75 000 podrían aportar U$D 4 300 adicionales al año.
- Familias con ingresos menores a U$D 150 000 podrían aportar hasta U$D 8 550 anuales.
Estas cifras estarían indexadas a la inflación y se reducirían gradualmente para ingresos superiores a U$D 100 000 (individuos) y U$D 200 000 (familias).
4. Inteligencia artificial para reducir fraudes y errores
El combate al fraude y a los pagos indebidos también tiene un capítulo en el plan. El gobierno destinaría U$D 25 millones al Departamento de Salud y Servicios Humanos para implementar un sistema de inteligencia artificial. Este se encargaría de detectar pagos en exceso, coordinar con contratistas privados y científicos de datos, y optimizar el uso de fondos públicos en Medicare. La meta es minimizar el desperdicio y maximizar la eficiencia del programa sin comprometer la atención médica de los beneficiarios.
Aunque el proyecto aún debe pasar por el Senado, las propuestas ya están provocando un amplio debate sobre el futuro del sistema de salud pública más importante para adultos mayores en Estados Unidos.