Estudiar en Estados Unidos puede ser un desafío para los inmigrantes, especialmente por las barreras financieras que enfrentan al acceder a la educación superior. Para abordar estas dificultades, el estado de Nueva York implementó el programa ‘NYS Dream Act’, una iniciativa diseñada para proporcionar ayuda económica a estudiantes inmigrantes que de otro modo no podrían recibir asistencia financiera federal.
Este programa busca garantizar que jóvenes talentosos y trabajadores tengan la oportunidad de alcanzar sus metas académicas, sin importar su estatus migratorio.
A diferencia de otros estados donde las opciones para estudiantes inmigrantes son limitadas, Nueva York destaca por este esfuerzo inclusivo. El programa permite que los beneficiarios soliciten ayuda como el Tuition Assistance Program (TAP), becas estatales e incluso ciertos fondos privados. Con este apoyo, los estudiantes pueden cubrir los costos de matrículas, libros y otros gastos esenciales, allanando el camino hacia carreras exitosas y contribuciones significativas a la sociedad.
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Este es el NYS Dream Act y quienes califica
El NYS Dream Act ofrece una oportunidad única para estudiantes que no cuentan con la ciudadanía estadounidense pero han demostrado un compromiso académico sobresaliente. Para calificar, los solicitantes deben haber asistido a una escuela secundaria en Nueva York por al menos dos años o haber obtenido un diploma equivalente en el estado. Además, deben haber aplicado a una universidad dentro de Nueva York y cumplir con ciertos criterios de ingresos, similares a los requisitos de los programas de ayuda tradicionales.
El proceso de solicitud es completamente en línea, lo que lo hace accesible y eficiente para los interesados. Una vez aceptados, los estudiantes pueden obtener acceso a una variedad de recursos que les permiten concentrarse en su educación en lugar de preocuparse por los gastos. Esta iniciativa no solo fomenta la inclusión, sino que también fortalece la economía del estado al preparar a una generación de trabajadores capacitados.
Créditos: Guada Molina | @guadamolina