Dejar Sudamérica y construir una vida en Estados Unidos es el gran sueño de muchos latinos. De hecho, esta meta de vida conocida como el “sueño americano” es el principal motivo por el que muchas personas se animan a salir de sus países para buscar trabajo y empezar desde cero en el país norteamiercano.
Sin embargo, aunque no parezca creíble, es posible hallar historias de inmigración en el sentido inverso, es decir, de personas que dejan Estados Unidos para construir un futuro en países latinos. Son pocos casos, pero los que existen contienen relatos muy notables.
Uno de esos casos es el de Christopher Boris, un veterano de guerra estadounidense que, pese a dedicar toda su vida al servicio de su país desarrollando una sólida carrera militar, buscó refugiarse en el calor de un país latinoamericano para pasar los años de su vejez. Conoce aquí su historia.
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De camino a a Latinoamérica: Así eligió Boris en qué país asentarse al dejar Estados Unidos
Boris dedicó toda su vida a la carrera militar. Sin embargo, cuando llegó el momento de jubilarse, se dio cuenta de que el costo de vida en su país natal era demasiado alto, y que sus ingresos de jubilación no le permitían acceder a un estilo de vida tranquilo y despreocupado. Junto con su esposa, pasaron cerca de 5 años ajustados económicamente. Por ello, cuando cesó de sus obligaciones laborales en 2022, tenía decidido mudarse a otro país.
La pregunta era a cuál. Dado que su esposa, María de Jesús, era boliviana, su país natal fue una de las opciones que estuvieron barajando. Sin embargo, en el pasado ya habían tenido oportunidad de residir brevemente en otro popular país del sur del continente, por lo que se decantaron por ese mismo para su decisión final: Christopher Boris y su esposa se mudaron a Brasil.
Brasil: El país ideal para el “sueño latinoamericano” de Boris
La elección del país tropical se basó principalmente en las facilidades que podía proporcionarles en cuanto a calidad y costo de vida. Los servicios médicos eran óptimos y el costo de los productos de subsistencia era mucho más bajo que en Estados Unidos. Además, en el pueblo rural en el que se asentaron, Leblon, todos los establecimientos comerciales se encuentran a muy corta distancia.
Con todas estas características, el pueblo brasileño fue la mejor opción que Boris pudo escoger para vivir su jubilación. En este país, su pensión como veterano es más que suficiente para cubrir no solo sus gastos básicos, sino también necesidades adicionales. Por ello, llevó consigo a toda su familia para iniciar esta nueva vida: tanto su esposa María de Jesús como su hijo Andrew, de 24 años, se sumaron a este nuevo comienzo.
Finalmente, pese a las iniciales barreras de la cultura y el idioma, Boris y su familia pudieron adaptarse de manera adecuada, entre otros motivos, por la calidez y solidaridad con que sus vecinos los acogieron en su tierra y ayudaron a integrarse.