En un contexto político marcado por el regreso de Donald Trump al poder, el papel de la comunidad latina ha cobrado nueva relevancia. Su respaldo al candidato republicano en las últimas elecciones sorprendió a muchos, mostrando un giro conservador en parte del electorado hispano.
Este viraje político ha reactivado el debate sobre la identidad dentro de esta población diversa. Con más de 65 millones de personas de origen hispano en Estados Unidos, el uso de términos como "hispano" y "latino" vuelve a estar en el centro de la discusión pública, especialmente porque su significado no es el mismo.
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No es solo semántica: ¿Qué diferencia a un “latino” de un “hispano”?
"Hispano" se asocia a quienes provienen de países de habla hispana, dejando fuera, por ejemplo, a los brasileños. En cambio, "latino" abarca a todos los originarios de América Latina, sin importar el idioma. Según Pew Research Center, el 71 % de los hispanos considera que hablar español no es un requisito para ser “latino”. Esta distinción, aunque sutil, refleja la evolución de la identidad cultural y cómo se percibe dentro y fuera de la comunidad.