El Seguro Social de Estados Unidos es una institución fundamental que brinda apoyo económico a millones de ciudadanos y residentes, especialmente en momentos críticos como la jubilación, discapacidad o muerte de un trabajador. Uno de los beneficios menos conocidos dentro de este sistema es el “Lump-Sum Death Benefit”, un pago único que puede solicitarse cuando fallece una persona que ha contribuido al Seguro Social a lo largo de su vida laboral.
Aunque se trata de una suma modesta, el “Lump-Sum Death Benefit” puede ser de gran ayuda para los familiares directos del difunto, especialmente en los días posteriores al fallecimiento, cuando los gastos suelen aumentar y las emociones dificultan la toma de decisiones económicas. Este beneficio, que actualmente asciende a U$D 255, no se otorga automáticamente; por ello, es fundamental conocer los requisitos para solicitarlo y entender quiénes califican para recibirlo.
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Esto es el “Lump-Sum Death Benefit” y quién puede recibirlo
El “Lump-Sum Death Benefit” es un pago único de U$D 255 que el Seguro Social de Estados Unidos ofrece a ciertos familiares del trabajador fallecido que haya cumplido con los requisitos mínimos de aportes. En primer lugar, el cónyuge sobreviviente que vivía con el fallecido en el momento de su muerte es quien tiene prioridad para recibir este beneficio. Si no existiera un cónyuge elegible, el beneficio podría ser reclamado por hijos dependientes del difunto.
Es importante destacar que este beneficio no es automático; debe ser solicitado lo antes posible tras el fallecimiento, ya que no se otorga de forma retroactiva pasada una cierta cantidad de tiempo. Para hacerlo, se debe completar el formulario SSA-8 y contactar a una oficina del Seguro Social. Además, aunque el monto parezca simbólico, su valor es mayor cuando se considera como parte de una red de apoyo más amplia que incluye pensiones, seguros de vida y otros beneficios del sistema.
Conocer este tipo de apoyo puede marcar la diferencia para muchas familias que atraviesan un momento doloroso. La información y la acción oportuna pueden ser clave para no dejar pasar este derecho que, aunque pequeño, representa un reconocimiento del Estado al trabajador fallecido y una ayuda concreta para quienes quedan atrás.