Recibir beneficios del Seguro Social mientras trabajas o tienes ingresos adicionales es totalmente legal, pero solo si los reportas correctamente. No hacerlo puede traerte consecuencias graves, incluyendo la suspensión de tus pagos, multas e incluso la obligación de devolver el dinero recibido. Este tema afecta principalmente a personas jubiladas anticipadamente o que reciben beneficios por discapacidad.
La Administración del Seguro Social (SSA) exige a los beneficiarios que informen cada año cuánto ganan si aún no han alcanzado la plena edad de jubilación. Esta obligación también aplica a quienes reciben pagos por incapacidad y desean trabajar bajo el programa de incentivos laborales. Ocultar ingresos no solo es riesgoso, sino que también podría considerarse fraude federal.
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¿Qué pasa si no reportas tus ingresos?
Si trabajas y ganas más del límite anual permitido sin informar a la SSA, podrían descontarte parte de tus beneficios. Por ejemplo, en 2025 el límite para personas menores de la edad plena de jubilación es de U$D 22 320. Si lo excedes, por cada U$D 2 ganados sobre ese límite, te descuentan U$D 1 de tus beneficios. No reportar esos ingresos significa que podrías recibir más dinero del que corresponde, lo cual genera una deuda con el gobierno.
Cuando la SSA detecta este error (ya sea por cruces de datos con el IRS o por auditorías), envía una carta notificando la sobrepago. El beneficiario tiene la opción de apelar, devolver el dinero o aceptar una reducción futura en sus pagos. En algunos casos, si el monto es elevado o se considera que hubo intención de ocultar ingresos, se puede abrir una investigación por fraude.
Para evitar estos problemas, lo mejor es reportar tus ingresos a tiempo y mantener un registro de tus horas trabajadas y salarios. Puedes hacerlo en línea, por teléfono o en una oficina del Seguro Social. Además, se recomienda consultar con un asesor si estás planeando trabajar mientras recibes beneficios, especialmente si estás en programas por discapacidad.
