Encadenados, sin instrucciones de evacuación ni tratos dignos: De acuerdo a un reportaje de ProPublica, los vuelos de deportación operados por ICE no solo no cumplen el mínimo de medidas de seguridad requeridas para todo viaje aéreo, sino que están orientados bajo órdenes específicas de no atender e incluso ignorar las necesidades de los pasajeros.
Las deportaciones masivas del gobierno de Donald Trump, que ya ha enviado varios aviones desde Estados Unidos a Venezuela, Colombia, Panamá y otros países de Latinoamérica, incluidos aviones dirigidos hacia las prisiones en El Salvador, han sido presentados por ICE como vuelos que siguen las mejores prácticas de seguridad, y que aseguran la protección y bienestar de los inmigrantes.
No obstante, según testimonios de ex tripulantes de vuelo entrevistados por ProPublica, la realidad de estos viajes es muy distinta, ya que los trabajadores siguen instrucciones específicas de no atender a los pasajeros ni poner en práctica todos los protocolos de emergencia necesarios y obligatorios de todo vuelo. No solo no se cuida la vida de los inmigrantes detenidos, sino que son tratados bajo las más duras condiciones.
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“No hablarles, no atenderlos, no mirarlos a los ojos”
Según los testigos que hablaron con ProPublica, los tripulantes de cabina que trabajan para las aerolíneas contratadas por ICE para llevar a cabo vuelos de deportación –que son cerca del 85%, de acuerdo con el colectivo Witness at the Border; ya casi no hay vuelos militares–, prácticamente son privados de sus funciones y se limitan a acompañar los vuelos de manera pasiva.
Los guardias y funcionarios de ICE a bordo del avión son quienes se encargan de repartir la comida a los pasajeros y de llevarlos a los aseos. Los auxiliares de la aerolínea reciben instrucciones claras de no acercarse a los inmigrantes, de no hablarles, de no atenderlos e inclusive de evitar hacer contacto visual. Su única función es anunciar las “medidas de seguridad” antes de vuelo en inglés, antes un grueso de pasajeros mayormente hispanohablantes.
Contrario al trato que se impone a los inmigrantes, los funcionarios de ICE sí exigen todo tipo de atenciones a los auxiliares. De acuerdo a los testimoniantes, “ellos son los verdaderos pasajeros”.
Inmigrantes en peligro en caso de evacuación
Los auxiliares de vuelo, entrenados para organizar una posible evaluación en caso de emergencia, reciben órdenes completamente contrarias a sus principios de formación por parte de los guardias de ICE. En caso de incendio, aterrizaje sobre el agua, o algún otro evento inesperado, están conminados a salvaguardar la vida de los guardias, funcionarios y de ellos mismos primero, dejando al desamparo a los pasajeros. Además, los inmigrantes deportados viajan encadenados por las muñecas y tobillos, con cadenas a la altura de la cintura. Ello dificulta de manera importante el poder evacuarlos del avión en un máximo de 90 segundos, según los protocolos que se deben seguir en estos casos.
Según los testimonios recolectados por ProPublica, los guardianes de ICE no responden de manera clara ni brindan explicaciones a los tripulantes de cómo llevar a cabo una evacuación a más de un centenar de personas con posibilidad de movimiento sumamente restringida.