En las últimas semanas, la ciudad de Los Ángeles ha sido escenario de una serie de redadas migratorias llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Uno de los puntos intervenidos fue un conocido autolavado ubicado en el sector de Westchester, donde varios trabajadores fueron detenidos sin previo aviso ni solicitud de identificación, según denunciaron testigos.
Mehmet Aydogan, propietario del negocio afectado, explicó en declaraciones que los agentes actuaron de forma rápida y sin verificar documentos. “Nadie estaba haciendo algo ilegal, son empleados responsables y dedicados”, señaló. Aydogan agregó que todo ocurrió en menos de un minuto, dejando desconcierto e indignación entre los presentes.
Uno de los detenidos fue Jesús Cruz, inmigrante con más de 30 años viviendo en Estados Unidos y que trabajaba desde hace más de diez años puliendo autos de alta gama en ese mismo carwash. Actualmente, se encuentra bajo custodia del ICE, mientras su familia intenta desesperadamente comunicarse con él.
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Noemí Cruz, esposa de Jesús, se enteró del operativo a través de redes sociales mientras hacía compras con su hija. Al reconocer el lugar donde trabajaba su esposo en las imágenes, dejó todo y corrió al sitio, pero ya no quedaba nadie. Desde entonces, no ha recibido información oficial sobre el paradero de Jesús.
“Perder a tu compañero de vida de esa forma te desestabiliza por completo”, expresó Noemí. “Mi esposo nunca tuvo problemas con la ley. Siempre hemos cumplido con nuestras responsabilidades”, enfatizó.
Estas acciones forman parte de un plan de la administración Trump para intensificar los operativos del ICE, elevando las detenciones diarias de 660 a 3 000. Casos como el de Jesús reflejan el creciente número de arrestos sin justificación clara, alimentando la preocupación entre comunidades inmigrantes.