El aumento de la temperatura es la principal razón por la que nos sentimos más cansados y fatigados en verano. Este fenómeno, conocido como astenia, se refiere a la sensación de no ser capaz de seguir el ritmo del día a día. Este cansancio no solo afecta nuestra energía física, sino también nuestro bienestar emocional, incrementando la sensación de apatía.
¿Por qué pasa esto?
El doctor Francisco Marín, especializado en atención primaria, explicó al portal Saber Vivir TVE que el cansancio provocado por el calor tiene una explicación fisiológica clara. Durante el verano, el calor obliga a nuestro cuerpo a mantener una temperatura interna de aproximadamente 37 ºC. Este esfuerzo requiere más energía, especialmente cuando las temperaturas exteriores superan ese umbral.
Además, la presión arterial suele bajar en verano. El calor dilata los vasos sanguíneos, reduciendo la presión arterial, lo cual puede provocar cansancio e incluso mareos. Asimismo, la sudoración, que es un mecanismo del cuerpo para refrescarse, aumenta significativamente. Este proceso no solo elimina agua sino también minerales esenciales como cloruro, sodio y magnesio, siendo este último crucial para el metabolismo energético y la reducción del cansancio.
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Recomendaciones para combatir en agotamiento
El especialista sugiere varias estrategias para enfrentar la fatiga veraniega:
- Actívate con una ducha matinal: Este gesto activa la circulación desde primera hora y mejora la oxigenación de todas las células del cuerpo. Comienza con agua tibia y termina con agua fría.
- Haz estiramientos al despertar: El ejercicio genera endorfinas y aumenta los niveles de energía y autoestima.
- Considera tomar suplementos: Si te sientes muy cansado, consulta con tu médico sobre la posibilidad de tomar suplementos con magnesio o vitaminas del grupo B que ayudan a combatir el cansancio.
- No trasnoches: Evita cenas tardías y trata de acostarte a tu hora habitual. Si trasnochas los fines de semana, no te levantes demasiado tarde al día siguiente. Mantener una rutina de sueño favorece un correcto funcionamiento interno.
- Menús más ligeros: Con el calor, el cuerpo pierde más agua y minerales. Aumenta la ingesta de líquidos y alimentos ricos en agua como verduras y frutas, que son más ligeros. Recuerda que en verano necesitas menos calorías que en invierno.
- Despierta con luz natural: No bajes las persianas al ir a dormir. Despertar con luz natural te hará sentir más activo por la mañana y ayudará a tu reloj interno a adaptarse mejor a los días más largos.
- Bebe más agua: Hidratarse adecuadamente ayuda a tu cuerpo a mantener una temperatura adecuada sin gastar tanta energía.
Créditos del video: Youtube | Canal de la Ciudad