Autoridades de Estados Unidos desmantelaron una red dedicada a organizar matrimonios falsos para facilitar la obtención de la residencia permanente, conocida como Green Card, a extranjeros.
La banda, conformada por filipinos residentes en Los Ángeles, California, se encargaba de todo el proceso, desde encontrar ciudadanos estadounidenses dispuestos a participar hasta asesorar a los inmigrantes para evitar los controles de las autoridades.
Los criminales cobraban entre U$D 20 000 y U$D 35 000 por su servicio, que incluía la planificación del matrimonio falso y el seguimiento posterior para evitar problemas legales. Tras recibir el pago, buscaban a ciudadanos estadounidenses dispuestos a participar en la farsa, realizaban la ceremonia con oficiantes contratados en línea y llevaban a cabo sesiones de fotos como evidencia.
Plan de contingencia
La organización incluso tenía un plan de contingencia para continuar con el fraude si el ciudadano estadounidense perdía contacto. En esos casos, alegaban violencia física por parte de la pareja estadounidense para evitar la remoción de la Green Card del inmigrante indocumentado.
Tras un proceso legal, la corte federal en Boston, Massachusetts, dictó sentencia para los cuatro responsables. Marcialito Biol Benitez, líder de la banda, fue condenado a 22 meses de prisión y tres años de libertad condicional, mientras que los otros miembros recibieron penas distintas. Todos fueron declarados culpables de conspiración para cometer fraude matrimonial y de documentos de inmigración.
Este caso revela las complejidades y los riesgos asociados con los intentos de obtener la residencia permanente de manera fraudulenta en Estados Unidos. Las autoridades continúan vigilantes para desbaratar redes criminales que se aprovechan de la vulnerabilidad de los inmigrantes en busca de una mejor situación legal en el país.