En el estado de Nuevo México, existen pequeños pueblos que, con el paso del tiempo, han visto cómo su población se reduce drásticamente. Un caso particularmente llamativo es el de Grenville, una diminuta localidad que actualmente tiene solo 22 habitantes. Este pueblo, situado en el condado de Union, se ha convertido en una comunidad casi fantasma debido a su aislamiento y la falta de oportunidades laborales. A medida que el tiempo ha pasado, Grenville ha quedado atrás, casi detenida en el tiempo, con sus habitantes luchando por mantener vivas las tradiciones en un entorno cada vez más desolado.
La falta de infraestructuras y servicios básicos ha sido un factor clave en su declive. Sin supermercados, gasolineras o centros de entretenimiento, los pocos residentes deben viajar grandes distancias para acceder a necesidades fundamentales. A pesar de ello, hay quienes consideran que vivir en Grenville tiene su propio encanto, apreciando la paz y tranquilidad que ofrece la vida alejada del bullicio urbano.