Con la llegada del verano, aumenta la exposición al sol y, con ello, el riesgo de sufrir quemaduras solares. Este problema cutáneo, común durante los meses más calurosos, es la respuesta de la piel al daño causado por la radiación ultravioleta. Las quemaduras solares varían en severidad desde el enrojecimiento y la hinchazón de una quemadura de primer grado hasta las ampollas dolorosas de una quemadura de segundo grado.
A continuación, exploraremos las recomendaciones de los expertos para tratar y prevenir este problema.
Recomendaciones
La hidratación es fundamental cuando se sufre una quemadura solar. "El aumento del flujo sanguíneo hacia la piel hace que se pierdan líquidos", explicó Jennifer Holman, dermatóloga de U. S. Dermatology Partners en Texas. Es esencial beber mucha agua y mantener la piel fresca y humectada.
Se recomienda tomar duchas frías y aplicar compresas de agua fría, evitando el hielo directo, que podría agravar el daño. Una crema hidratante suave, preferiblemente con ingredientes como ceramidas o vaselina, puede ayudar a retener la humedad en la piel afectada.
El uso de aloe vera como tratamiento es bastante popular y efectivo gracias a sus propiedades hidratantes. Sin embargo, lo más importante es que la crema hidratante elegida no contenga fragancias y tenga una lista de ingredientes corta para minimizar la irritación.
En cuanto a los analgésicos, los expertos sugieren antiinflamatorios de venta libre, como Advil o Motrin, para aliviar el dolor y la inflamación, pero desaconsejan los analgésicos tópicos con lidocaína o benzocaína.
Crédito video: YouTube | @RPP Noticias
Para aquellos que desarrollan ampollas, es crucial mantener la zona limpia con agua y jabón. En caso de que las ampollas sean muy molestas, pueden drenarse cuidadosamente con una aguja esterilizada, sin retirar la piel que las cubre, ya que esta actúa como una barrera protectora contra infecciones.
Si la quemadura comienza a descamarse, es importante evitar arrancar la piel sana. Cualquier signo de sangrado indica que se ha removido piel viva, lo que aumenta el riesgo de infección.
Prevenir y no lamentar
La prevención de nuevas quemaduras solares es vital mientras la piel se recupera. Aplicar protector solar con un factor de protección de al menos 30 y reaplicarlo cada dos horas es fundamental. Además, se recomienda usar ropa que proteja contra los rayos ultravioleta, sombreros de ala ancha y buscar sombra durante las horas pico de radiación solar, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
Finalmente, aunque una quemadura solar puede incrementar el riesgo de cáncer de piel, no debe impedir disfrutar del aire libre. Adewole Adamson, dermatólogo y profesor de la Universidad de Texas, enfatizó que una quemadura no predestina a desarrollar cáncer de piel y animó a las personas a continuar con actividades saludables al aire libre, siempre y cuando se tomen las precauciones necesarias para proteger la piel del sol.