SNAP: ¿Cómo acceder a planes de internet desde menos de U$D 10 al mes utilizando tus cupones de alimentos?

Gracias al programa federal Lifeline, beneficiarios de SNAP y otras ayudas pueden reducir el costo de su conexión sin sacrificar velocidad ni estabilidad.

SNAP USA: Algunos gobiernos locales ofrecen equipos de conexión gratuitos o subvencionados a estudiantes de familias que reciben estos beneficios.
SNAP USA: Algunos gobiernos locales ofrecen equipos de conexión gratuitos o subvencionados a estudiantes de familias que reciben estos beneficios.
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Tener acceso a internet ya no es una comodidad, sino una herramienta esencial para la vida diaria. Desde postular a un trabajo hasta recibir atención médica o estudiar en línea, estar conectados se ha vuelto imprescindible. Pero para muchas familias con ingresos limitados, asumir el costo mensual de este servicio es un verdadero desafío.

El programa federal Lifeline ha sido clave para cerrar esta brecha. Gracias a este subsidio, los beneficiarios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) pueden acceder a planes de internet de alta velocidad desde tan solo U$D 9.95 al mes, con velocidades que pueden llegar hasta 100 Mbps. Lifeline otorga un descuento mensual de hasta U$D 9.25 en servicios de telefonía o internet, e incluso hasta U$D 29.25 para quienes viven en territorios tribales.

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El respaldo federal para hogares vulnerables

El beneficio Lifeline está disponible automáticamente para quienes ya participan en programas federales como SNAP, Medicaid o la Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI, por sus siglas en inglés). En esos casos, no es necesario realizar un trámite adicional para demostrar elegibilidad: basta con estar inscrito en alguno de los programas mencionados.

Pero incluso quienes no reciben ayudas gubernamentales pueden solicitar el subsidio si sus ingresos familiares están por debajo del 135% del umbral de pobreza federal. Esto aplica a una sola persona por hogar, definido como todas las personas que comparten gastos, sin importar si hay vínculo familiar entre ellas.

Gracias a este programa, miles de familias logran mantenerse conectadas sin comprometer otras necesidades básicas, especialmente en zonas rurales o urbanas con bajos recursos.

Apoyo estatal y planes privados que amplían la cobertura

El esfuerzo no es solo federal. En varios estados, gobiernos locales y distritos escolares han establecido acuerdos con proveedores de internet para ampliar el alcance de estos beneficios. Algunos entregan dispositivos conectividad gratuitos, como routers o puntos de acceso, especialmente a estudiantes de hogares con SNAP.

Además, compañías de telecomunicaciones han diseñado planes especiales para familias con beneficios del gobierno, que al combinarse con el subsidio de Lifeline, permiten reducir aún más las facturas mensuales. Estos planes incluyen desde descuentos adicionales hasta instalación gratuita o soporte técnico personalizado.

La colaboración entre el sector público y privado ha demostrado ser fundamental para garantizar que el acceso a internet no dependa del nivel de ingresos. En un mundo cada vez más digital, este tipo de políticas ayudan a reducir la brecha tecnológica y a promover la inclusión social y educativa.

Gracias a estas iniciativas, la conectividad ya no tiene por qué ser un lujo. Hoy es posible navegar, estudiar y trabajar desde casa con un servicio estable y accesible, incluso para quienes enfrentan limitaciones económicas.

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