En los últimos días, el área de Alepo ha sido escenario de una gran ofensiva del régimen sirio apoyada desde el aire por Rusia.
El jefe humanitario de la ONU, Stephen O'Brien, demandó el fin de los bombardeos sobre la ciudad siria de Alepo y sus alrededores, que han obligado a decenas de miles de personas a huir y están complicando la entrega de ayuda.
"La mayor necesidad y la mejor respuesta humanitaria es que se detengan los bombardeos", dijo O'Brien durante una conferencia de prensa en la sede de Naciones Unidas.
En los últimos días, el área de Alepo ha sido escenario de una gran ofensiva del régimen sirio apoyada desde el aire por Rusia, que ha provocado una huida masiva de personas hacia la frontera turca.
Según Ankara, ahora mismo hay unas 70.000 personas que se agolpan en la frontera, a las que las autoridades turcas están ofreciendo ayuda humanitaria, pero a quienes no se permite entrar en el país.
O'Brien, al igual que hizo hoy la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), pidió la apertura de esa frontera para los refugiados y para facilitar el suministro de ayuda a la población que continúa en la zona de Alepo.
Según el responsable humanitario de la ONU, las cifras de personas que esperan junto a la frontera fluctúan dado que muchos han decidido dar marcha atrás al encontrar los pasos cerrados.
"Hay mucha gente en movimiento", explicó O'Brien, que subrayó lo peligroso de esa situación e insistió en la necesidad de que los bombardeos se detengan inmediatamente.
Según los servicios humanitarios de Naciones Unidas, si el Gobierno sirio y sus aliados lograr cortar la única ruta de escape actualmente disponible desde el este de la ciudad de Alepo unas 300.000 personas podrían quedar sin acceso a la ayuda humanitaria.
Además, según estimaciones que facilitaron en un boletín urgente, entre 100.000 y 150.000 civiles podrían huir de la ciudad si las fuerzas gubernamentales siguen avanzando alrededor de Alepo.
EFE
Comparte esta noticia