Pensar la esperanza. Fuentes para una indagación
La esperanza no es un consuelo pasivo, sino un imperativo racional y existencial. Es la base de la vital, ya que, sin esperanza, la acción ética carecería de sentido. La esperanza también impulsa el progreso histórico y la capacidad de forjar el propio destino. Algunos la consideran una fuerza que impulsa al ser humano a trascender el presente en busca de un futuro utópico. Incluso aquellos que exploran la desesperación demuestran por contraste la profunda necesidad de sentido que yace en el ser humano. En última instancia, la esperanza es la única respuesta honesta y coherente a la naturaleza inacabada del mundo, una afirmación de la vida que nos impulsa a crear y a ser plenamente.