El Sumo Pontífice llamó a "sanar las heridas" tras el acuerdo de paz firmados con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Francisco previno de la venganza y el odio a los cientos miles de colombianos que se congregaron este jueves para oír su mensaje de reconciliación, en un país que quiere enterrar el último conflicto armado en América.
Huyan de la "tentación de venganza" y de "las tinieblas de la sed del odio": Francisco aprovechó su segundo día de estadía en Colombia para enviar un mensaje que resuena fuerte en un mundo azotado por luchas armadas y amenazas nucleares.
La tentación de la venganza. El papa alzó su voz contra la revancha que puedan generar décadas de conflicto con unos 7,5 millones de víctimas --entre muertos, desaparecidos y desplazados--, ahora que el presidente Juan Manuel Santos firmó la paz con la guerrilla de las FARC e intenta hacer lo mismo con la del ELN.
"Que este esfuerzo nos haga huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses sólo particulares y a corto plazo", afirmó el pontífice argentino al encontrar al presidente en la sede de gobierno.
Sanar heridas. En ese sentido llamó a "sanar las heridas" tras el acuerdo de paz que Santos sacó adelante con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a pesar de la férrea oposición de su antecesor, Álvaro Uribe, un líder de derecha muy popular en el país que fracasó en su intento de doblegar militarmente a la rebelión comunista.
Ante cientos de miles de fieles en el Parque Simón Bolívar de Bogotá, Francisco amplificó su prédica tras respaldar al mandatario en la búsqueda de una "paz estable" para un país todavía amenazado por la violencia del narcotráfico.
Previamente Santos, al celebrar el fin de la guerra con las FARC, había señalado que "de nada vale acabar una guerra, si aún nos vemos los unos a los otros como enemigos".
Homenaje a víctimas. Precisamente Santos, asistirá el viernes en Villavicencio (centro) a tres ceremonias del papa Francisco que tendrán como temática las víctimas del conflicto armado interno.
El primero de los actos se realizará a las 09.30 hora local en el parque Catama, en donde el papa beatificará al obispo de Arauca, Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, y al sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, párroco de Armero, localidad del centro del país. El obispo y el sacerdote cayeron en épocas y lugares diferentes pero ambos fueron víctimas de la violencia que durante casi 70 años ha teñido de sangre los campos de Colombia.
Ramírez, párroco de la iglesia San Lorenzo de Armero, murió violentamente en esa población tolimense el 10 de abril de 1948 y monseñor Jaramillo fue asesinado por el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) el 2 de octubre de 1989 en Arauca, departamento fronterizo con Venezuela.
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