El socioliberal pasó a la ultraderechista y va ganando al 97% del conteo de votos. Ambos irán a la segunda vuelta del 7 de mayo.
El candidato socioliberal Emmanuel Macron (¡En Marcha!) gana la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia al 97% de votos contados y enfrentará a la ultraderechista Marine Le Pen (Frente Nacional) en la segunda vuelta. Macron obtuvo 23.86%, mientras que su rival Le Pen 21,43% de las preferencias.
Francois Fillon (Los Republicanos) y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon (Francia Insumisa) quedaron rezagados con 19.94% y 19.62%, respectivamente. El candidato del Gobierno Benoit Hamon (Partido Socialista) no llegó ni al 10% se quedó con 6.35%.
Apoyo a Macron. El conservador Francois Fillon reconoció su derrota y pidió votar por Emmanuel Macron en una declaración reproducida por Le Monde.
"El extremismo sólo puede traer miseria y divisiones en Francia. No hay más remedio que votar en contra de la extrema derecha. Voy a votar a favor de Emmanuel Macron", escribió.
Los candidatos para la segunda vuelta
Emmanuel Macron (¡En Marcha!). Emmanuel Macron, un exbanquero de 39 años, era un completo desconocido hasta hace tres años, cuando fue nombrado ministro de Economía del gobierno de François Hollande. Joven y carismático, atrae a multitudes a sus mítines y ha obtenido el apoyo de varias personalidades políticas, mediáticas o económicas de todos los sectores.
Aunque nunca se ha sometido al sufragio universal, todas las encuestas muestran que este joven político formado en las escuelas de élite francesas, que rechaza las etiquetas de derecha e izquierda, es uno de los favoritos para suceder en mayo a Hollande.
Marine Le Pen (Frente Nacional). La presidenta del ultraderechista Frente Nacional lidera junto a Macron las encuestas de intención de voto para la primera vuelta de las presidenciales francesas, marcada por el Brexit y la victoria de Donald Trump en Estados Unidos
Marine Le Pen, de 48 años, ha ganado el reto de imponer al FN en el panorama político como un "partido normal", relegando a un segundo plano la imagen de formación política extremista heredada de su padre, Jean-Marie Le Pen, varias veces condenado por sus comentarios racistas. Con un discurso antiinmigración y antieuropeo, se presenta como la candidata "antisistema". Está involucrada en un caso de empleos ficticios en el Parlamento Europeo, pero se niega a declarar ante la justicia antes de las elecciones, invocando su inmunidad como eurodiputada.
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