El tunecino, presunto autor del ataque que dejó 12 muertos en Berlín, fue esta semana el hombre más buscado de Alemania. Llegó a Europa luego de la 'Primavera Árabe' en su país.
La vida de Anis Amri, el tunecino de 24 años que presuntamente cometió el atentado de Berlín y que fue abatido este viernes en Milán, es un historial de delitos, seguimientos policiales e intentos de expulsión que revela fallas en la lucha antiterrorista y en la cooperación internacional. Esta es la imagen que conforman las informaciones publicadas sobre un joven que, según la orden de detención europea de la Fiscalía Federal alemana, mide 1,78 centímetros, pesa 75 kilos, tiene ojos marrones, pelo moreno, y "puede ser violento e ir armado".
Amri nació el 22 de diciembre de 1992 en Kairuán, ciudad del norte de Túnez con unos 160,000 habitantes. Su familia es numerosa, con nueve hijos: cinco chicas y cuatro chicos, según el diario "Bild". En 2011, poco después de que estallase la revolución en Túnez que dio lugar a la primavera árabe, abandonó el país. Cruzó el Mediterráneo en una patera para llegar a la isla de Lampedusa, en Sicilia, según publican medios italianos. En febrero de ese año fue alojado en un centro de menores de Catania, porque alegó que tenía 17 años a pesar de que ya contaba con 18, y se le inscribió en un colegio, hasta que se descubrió el engaño.
Historial criminal. El 23 de julio de ese año fue detenido acusado de haber incendiado el centro de acogida en el que residía y de otros delitos como robo, amenazas y agresión. Amri fue condenado por la justicia italiana a cuatro años de cárcel, que cumplió íntegramente en la prisión de Ucciardone, en Palermo, la capital de Sicilia. Allí habría entrado ya en contacto con islamistas. Al término de su condena se decretó su expulsión, pero no llegó a ser deportado a Túnez: desapareció mientras el proceso burocrático permanecía atascado por la falta de cooperación de las autoridades de su país.
Las autoridades alemanas confirmaron que en julio de 2015 entró a tierras germanas a través del estado de Baden-Württemberg, en el suroeste, cuando empezaba a aumentar el flujo de refugiados que llegaba al país. Solicitó asilo, pero su petición fue denegada el pasado mes de junio. En ese mismo momento se inició su proceso de expulsión de Alemania, pero tampoco pudo llevarse a cabo por la falta de cooperación de Túnez, que rebatió durante un tiempo que fuera nacional suyo. El país norafricano nvió la documentación necesaria dos días después del atentado.
La orden de detención europea revela que ha usado hasta seis identidades distintas, con tres nombres de pila diferentes, cinco apellidos, cinco fechas de nacimiento y tres nacionalidades (tunecina, egipcia y libanesa). En febrero de este año se trasladó a Berlín, donde vivió hasta el día del ataque, aunque en varias ocasiones viajó a Renania del Norte-Westfalia, donde entró en contacto con círculos salafistas (grupo fundamentalista islámico), según medios alemanes. Sus movimientos fueron detectados por diversos servicios secretos alemanes, según informó el responsable de Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jäger. Fue calificado por estos como "peligroso", etiqueta que tienen 549 personas en un país de más de 80 millones de habitantes.
Observado, pero no expulsado.Las autoridades de Berlín lo vigilaron entre marzo y septiembre de este año al temer que pretendiera cometer un robo para comprar armas automáticas y perpetrar después un atentado, pero el operativo se cerró al no hallarse pruebas. Las fuerzas de seguridad ‘chuponearon’ sus comunicaciones y según "Der Spiegel", el joven llegó a ofrecerse como terrorista suicida, pero eran mensajes en clave, por lo que no constituían prueba suficiente para detenerlo. La última comunicación entre las fuerzas antiterroristas alemanes en relación con Amri tuvo lugar este noviembre, según Jäger.
Según The New York Times, estaba incluido en una lista de personas que tenían prohibido volar a EEUU. La inteligencia de este país tenía constancia de que había buscado en internet cómo fabricar bombas y de que se había comunicado con el Estado Islámico (EI) al menos en una ocasión. Hace dos semanas contactó por última vez a través de Facebook con su hermano Walid, que sigue en Túnez y con el que de vez en cuando cruzaba alguna frase, según Bild.
En el camión que irrumpió en el mercadillo navideño de Berlín el pasado lunes 19, el cual arrolló y mató a doce personas e hirió a otrass 50, se encontró un documento alemán con su nombre y sus huellas dactilares. Tras casi cuatro días de búsqueda, Amri fue identificado y abatido por la Policía de Italia en Milán, luego de disparar contra dos agentes que estaban por hacerle una inspección. EFE
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